UNA PARTE DE MI SIN TI // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)

CAPÍTULO 2 REENCUENTROS

Una adolescente que Momo conoce muy bien se presenta en el living capturando toda la atención de Sana, es una chica de unos quince o dieciséis años de cabello castaño muy parecido al suyo; camina medio coja hasta su mejor amiga sin fijarse en ella.

—Mi vida, ¿qué te pasó? —se pone de pie preocupada.

—Una estúpida en la calle me atropelló.

—¡¿A quién llamas estúpida, mocosa del demonio?!

Momo se pone de pie furiosa. Sana observa de ella hacia la niña con ojos sorprendidos y tiernos, ambas se lanzan miradas de reproche y ella no puede evitar reír por lo familiar que le resulta aquel cuadro.

—¿Ustedes ya se habían encontrado?

—Te digo que venía en la bici con unas compras que Tzuyu me encargó y esta descuidada me echó su carro encima, se quebraron todos los huevos y tuve que ir por más.

—¿Tzuyu...? — Momo pronuncia aquel nombre con nostalgia.

—Espera a que mi hermana se entere de esto, mide como dos metros y te va a dar tu merecido.

De repente una punzada le viene directo al corazón a la ingeniera comprendiendo, más cuando su mejor amiga le confirma con la mirada la pregunta silenciosa que ella le hace con sus ojos. Los ojos de Chaewon continúan siendo de enojo hacia la chica de cabello castaño sin darse cuenta de las lágrimas de complicidad de las dos mujeres a su lado. Momo se arroja a ella apretujándola en un abrazo que la niña no entiende de qué se trata.

—¡Mi vida, mi pequeña loser! —llora—. ¡Por Dios, estás enorme!

—¡Oye, suéltame, ¿acaso estás ebria?! —se aparta junto a Sana —. Eso explicaría por qué me atropellaste.

—Perdón por eso, cielo, yo...

—Chaewon...

Sana capta la atención de la mini pelinegra con una sonrisa encantada.

—Esa estúpida que ves ahí que casi te atropella, es Momo.

—¿Quién?

—Momo, nuestra otra mosquetera con Mina.

—¿No te acuerdas de mí? —llora Momo.

Chaewon la observa unos minutos, reconoce el nombre de Momo no solo porque su hermana mayor, Mina y Sana se lo mencionan siempre, sino por varios recuerdos de su infancia que de repente comienzan a venírsele a la cabeza. Una hermosa chica con cabello y cuerpo de sirena como los de los cuentos y películas que veía de niña; una chica con el cabello de colores cambiante que la fastidiaba y a la vez la cuidaba.

De pronto la recuerda, aunque su imagen delante de ella ahorita mismo sea un tanto diferente, se da cuenta por fin que no ha cambiado mucho y que sigue siendo la misma mujer hermosa que ella conoció tiempo atrás.

—¿Momo? —se acerca despacio.

—Por favor déjame que te abrace —llora la ingeniera recibiéndola ahora por fin en un abrazo correspondido.

La ya no tan pequeña Chaewon ha alcanzado su tamaño, lo que les permite amoldarse bien al cuerpo de la otra. Sana las observa con más lágrimas y atreviéndose a capturar aquel momento en una foto.

—Mi pequeña, por Dios, estás enorme —deja un beso en su frente.

—Y tú sigues siendo igual de hermosa... ¡Y bueno, igual de estúpida!

—¡Ya está, arruinaste el momento! —la empuja—. Perdón por eso, tienes razón, venía distraída y no alcancé a frenar.

—Nada más porque te extrañaba te voy a perdonar, pero ten más cuidado.