CAPÍTULO 37 LA PÓCIMA DEL AMOR

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El grupo de amigos no se lo puede creer, Hirai Momo y Sally Du Marchetti comiéndose la boca en medio de la pista de baile, una escena sexy pero extraña a la vez. Tzuyu abre los ojos muy sorprendida empezando a sentir cómo las caricias de su novia en su pierna suben considerablemente junto con su temperatura corporal; sus manos empiezan a sudar, su corazón palpita fuerte y rápido y su entrepierna está que arde.

Los ojos de color de Mina se ven oscuros entre la pobre luz del lugar, a Tzuyu le fascinan, pero lo que en ese momento más le llama la atención son sus hinchados labios con sabor a Tequila del que se han estado embriagando toda la noche. Una extraña y poderosa necesidad se apodera de sus instintos más animales haciendo que se arroje a devorar su boca con tal hambre, que un gemido de gusto se les escapa de la garganta.

—Tzuyu... Dios mío...

La chica del café aprovecha que todos están en su mundo y empieza un camino de caricias por debajo de la mesa dentro del vestido de su prometida hasta alcanzar su centro necesitado de ella. Mina trata con todas sus fuerzas el no sucumbir, pues no sabe cuánto más pueda poner en pausa la bomba que está a punto de estallar dentro de ella, si aquello llegase a suceder, será capaz de tomar a Tzuyu en algún rincón o en el baño como hace unos minutos que no pudieron finalizar su hazaña gracias a que el personal de seguridad estaba demasiado pendiente.

—Tzu-Tzuyu —trata de apartarla cuidadosamente por los hombros, pero la chica se niega a despegar sus labios. Hace a un lado su braga con facilidad y empieza a empapar sus dedos con sus flujos—. Cielo, cielo tenemos que parar —gime contra sus labios. La pelinegra gruñe y la vuelve a besar con más vehemencia, su persistencia causándole un poco de gracia y excitación, así que una sonrisa brota de su rostro entremedio del beso contagiando a Tzuyu, quien también ríe deteniendo de mala gana sus movimientos.

—Quiero hacerte el amor ahora —dice rompiendo el hechizo.

—Vámonos de aquí, por favor.

—Bebimos.

—Llamamos un taxi o algo, pero... pero... para —la detiene de continuar su trabajo ahí abajo.

Tzuyu la mira confusa, aunque sonriendo por dentro al verla introducir sus dedos en la boca limpiándolos de todo rastro de su desastre. Una oleada de calor nuevamente le atraviesa la espina dorsal obligándola a apretar sus piernas apaciguando su dolor tan solo un poco. La lengua de Mina se asoma entremedio de sus dedos diciéndole con la mirada todo lo que quiere hacerle y que le haga.

—Dios mío, siento que voy a explotar —contiene Tzuyu sus instintos.

—Hace calor, ¿verdad?

—Mucho.

—Pide un carro.

Al menos treinta minutos se tarda en llegar su transporte gracias a la hora y lo solicitado del servicio en todo el lugar; media hora en la que caricias van y caricias vienen entre la pareja de chicas, cada una más subida de tono que la otra llegando a desesperarlas.

Una vez dentro del vehículo, es incluso más difícil manejar la compostura y como siempre cuando queremos desesperadamente que el tiempo pase rápido, es cuando más eterno se hace.

Mina ni siquiera se fija en cuánta cantidad de dinero le da al tipo del taxi, solo toma la mano de Tzuyu empujándola hasta su casa, hasta su cuarto en donde cada prenda es prácticamente arrancada de sus cuerpos.

Tzuyu se deshace rápidamente del vestido de su novia dejándola en la más fina ropa interior de color blanco. La pelinegra se detiene unos segundos a observar la obra de arte que tiene delante cual fiera admirando su presa antes de atacarla.

UNA PARTE DE MI SIN TI // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora