CAPÍTULO 46 CON EL TIEMPO

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Tzuyu se encuentra en la cocina preparando sus deliciosas galletas de pingüinos para la llegada de su novia más tarde de la CSU, trae puesto su overol de kiwis, el cabello recogido en dos moños que Sana le hizo esa misma mañana antes de irse a trabajar y canta su canción inventada sobre su prometida y lo mucho que ama sus galletas, está en su mundo, mezclando con cuidado los ingredientes que acomoda en la bandeja las figuritas que va amoldando para meterlas al horno.

El sonido del timbre despierta su interés del reloj de cocina al que presta muchísima atención hasta que va corriendo a abrir, lo que se encuentra del otro lado, o más bien a quién se encuentra, la sorprende haciéndola retroceder un poco en sus pasos. Hyeju Myoui, la hermana de Mina, su cuñada, se encuentra en el umbral mirándola de pies a cabeza sin decir nada. Tzuyu se detalla a sí misma sus pantalones de chándal, su camiseta de mangas cortas y sus medias de super héroes sintiéndose avergonzada ante la imponente presencia de la chica aún en jeans y en ropa casual.

—Buenas tardes —saluda la mujer con educación.

—Buenas tardes —contesta Tzuyu con temor.

Silencio sepulcral.

—¿Vas a invitarme a pasar? —levanta una ceja la mayor algo sugerente.

Tzuyu abre los ojos muy sonrojada haciéndose a un lado para que la chica pase; no sabe muy bien qué hacer en ese momento, pues no ha tratado con Hyeju desde aquel día en casa del abuelo Richard y la chica no fue amable con ella, ¿qué querrá esta vez?

—¿Está Mina? —estudia la estancia.

—No, ella-ella está viendo clase hoy en la-la universidad —traga entero.

—¿Y te molesta si la espero?

La pelinegra niega efusivamente permaneciendo ahí de pie todavía mirándose con la chica. El pitido del reloj la salva de la incómoda situación y va corriendo a sacar sus galletas del horno, pero se regresa inmediatamente al recordar que hay una visita de pie todavía en medio de la sala.

—Tú-tú, yo... perdón —se aclara la garganta—, ¿te-te gusta el café?, ¿quieres café?

—Sí, gracias.

Tzuyu la llama con la mirada hacia el interior de la enorme cocina donde Hyeju se deleita por el exquisito olor a vainilla que emana. La pelinegra recoge las cosas en el desayunador y lo limpia rápidamente ofreciendo una silla para que la chica se siente; esta lo hace sin dejar de detallar los movimientos de la más alta sacando con cuidado la bandeja del horno para después servir café en dos tazas y entregarle una a su cuñada.

—¿Te-te gustan las galletas de pingüinos? —juega nerviosa con las manos.

—No estoy segura de haber probado de esas alguna vez, pero sí, me encantan las galletas.

Tzuyu sonríe encantada dejando entonces un plato con varias galletas para la chica, quien sonríe gustosa al probarlas tan deliciosas.

—Están deliciosas.

Ella sonríe orgullosa.

—A Mina le gustan, son sus favoritas.

—Pues te quedaron muy bien y tu café es el mejor que he probado, definitivamente.

—Gracias —se sonroja.

Hyeju come atenta a la decoración que Tzuyu pone con gran empeño a cada galleta ya lista y sonríe con ironía para sus adentros. La pelinegra traza a la perfección cada dibujo y detalle dando saltitos en su lugar cuando las ve terminadas con el resultado esperado.

—¿Siempre le haces galletas a mi hermana?

Tzuyu asiente.

—¿A tu hija le gustan las galletas?, puedo-puedo preparar más para que le lleves a ella.

UNA PARTE DE MI SIN TI // MITZU // (MINA+TZUYU TWICE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora