Rhaenyra Targaryen para proteger su lugar como heredera al Trono de Hierro empieza a hacer alianzas con otras casas de Westeros, y siguiendo el consejo de su pariente lejana Jeyne Arryn, toma la decisión de comprometer a su hijo mayor el príncipe Ja...
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"Anys, Issa"
Salí de mis aposentos con mucho cuidado, camino por los pasillos sigilosamente tratando de hacer el menor ruido posible, al doblar por un pasillo y ver a Alanys caminando en dirección hacia mi retrocedí y pegué mi espalda a la pared, continué con mi camino en cuanto me asegure que Alanys estaba lejos de mí, es un milagro que hasta ahora ella no se haya dado cuenta de mis escapadas nocturnas, logré salir de la fortaleza sin ningún otro inconveniente.
Al poner un pie en el exterior comencé a correr hasta mi dragona, ella como todas las noches me esta esperando para llevarme a la isla donde me esta esperando mi ¿Enamorado? ¿Amante? ¿Novio? La verdad es que creo que no hay una palabra que pueda definir que somos Aemond y yo. Subí a los lomos de mi dragona, acaricie sus escamas y ajuste las correas que me mantienen segura en la silla de montar antes de darle órdenes.
-Ala de plata vuela -ella acató de inmediato mi petición.
En un instante vinieron a mí todas esas sensaciones que solo me pueden provocar volar, la pequeña impresión al comenzar el vuelo, el sentimiento de libertad y esa pequeña sensación de sentirme invencible. Sonreí en el momento en que la isla apareció en mi campo de visión y solté una pequeña risita nerviosa al ver que Vhagar ya esta en la isla.
-Aterriza Ala de Plata-le pedí a mi dragona y ella descendió cerca de Vhagar.
Me desate de la silla y baje de un salto del lomo de Ala de Plata, le di unas caricias a la vez que le daba gracias en Alto Valyrio por haberme traído, desate el rodete que me hice antes de salir de mis aposentos y acomode mi oscuro cabello con mis dedos, cuando me pareció que mi cabello tenía un aspecto más arreglado corrí muy emocionada a la entrada de la cabaña, la Alyssa de hace varias lunas habría entrado en una crisis al descubrir que se convirtió en lo que nunca juró ser, una tonta joven enamorada.
Al llegar a la puerta entre con normalidad, me moriría de la vergüenza si Aemond viese todo lo que el provoca en mí, abrí la puerta lentamente y mi corazón se acelero al ver la platinada cabellera de Aemond dándome la espalda, el se dio la vuelta al oír la puerta cerrándose e inmediatamente se levanto del suelo, para tomarme entre sus brazos y darme vueltas riendo, parece que el también últimamente esta actuando como un tonto joven enamorado, cuando el me da vueltas me olvido por un instante que detesto no ser muy alta.
-Viniste Issa -creo que poco a poco iré acostumbrándome a ese nuevo apodo, cerré mis ojos al percatarme que Aemond se acercaba a mi rostro para besarme, pensé que nada podría gustarme más que volar en mi dragona hasta que descubrí los besos de Aemond.
-¿Pensaste que no vendría?
-Te tardaste un poco más de lo habitual.
-Me costo un poco salir de Dragonstone, pero tienes que tener claro que puede que me tarde pero siempre vendré a estas reuniones secretas, jamás me perdería la oportunidad de verte y besarte de nuevo.
