Capítulo 43; Katheryne

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"Reencuentro"

Frustrada tiré mi espada a la arena, hice una mueca de dolor y le di un masaje a mi muñeca derecha, se que salí bien librada en ese enfrentamiento que tuve con los hombres del usurpador, perder la vida no tiene punto de comparación con fracturarse...

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Frustrada tiré mi espada a la arena, hice una mueca de dolor y le di un masaje a mi muñeca derecha, se que salí bien librada en ese enfrentamiento que tuve con los hombres del usurpador, perder la vida no tiene punto de comparación con fracturarse la muñeca pero me irrita tener que tener mi mano derecha en absoluto reposo. Estoy acostumbrada a practicar con mi espada u otras armas todos los días, ahora con mi mano herida no he podido hacerlo y no soy tan hábil con mi mano izquierda.

-¡Kathy! -me sonrojé al oírla llamándome por ese nuevo apodo de cariño que me puso unos días después de que volví a Dragonstone hace ya un mes -El maestre dijo que tu lesión puede empeorar si no haces reposo querida.

-Sabes bien que para mi es algo difícil estarme quieta -Baela se rió de mi respuesta antes de besarme en los labios, pase mi mano detrás de su cuello para profundizar el beso.

-Al menos practica con tu mano izquierda todo un mes, si sigues usando la derecha puede que nunca termine de sanar.

-Si no practico perderé habilidad, si ya no soy buena en el manejo de la espada no seré útil aquí y tendré que marcharme -Baela me hizo mirarla a los ojos -Dejaríamos de vernos si eso sucede.

-Sabes que Alanys no permitiría que te fueras así como así y Katheryne Mormont te diré una cosa si tú te vas de Dragonstone, Moondancer y yo nos iremos contigo -sus palabras me hicieron sonreír -Ahora hay que irnos tenemos que entrar a la Fortaleza.

Nadie nos está viendo así que caminamos tomadas de las manos y de todos modos no nos importaría que nos vieran, cualquier persona pensaría que somos muy buenas amigas, las dos sabemos que no es así porque las amigas no se dan besos en los labios cuando están solas en compañía de la otra, aunque hay pocas mujeres en mi vida a las que puedo considerar amigas estoy muy segura que las amigas no se dan caricias y se dan placer la una a la otra debajo de las sábanas en medio de la noche como lo hacemos Baela y yo.

El día en que me enteré que Alanys estaba encinta de su esposo supuestamente muerto deje a un lado esos sentimientos que tenía por ella de manera definitiva, era consciente que antes me habría rechazado si hubiera sido valiente y me hubiese confesado, pero en la situación en la que se encontraba en ese momento con el heredero de la reina creciendo en su vientre y con la presión de que después de su nacimiento a su hijo tendría que prepararlo para gobernar los Siete Reinos, era lógico que Alanys ni siquiera pensaría en enamorarse de nuevo.

Alanys es mi amiga le tengo cariño por su amistad pero ya no ocupa mi corazón porque ahora Baela esta ahí, lo nuestro fue tan espontaneo un día en que a ella le tocó quedarse en la capital con su dragona fui a las cocinas porque me dio hambre en medio de la noche y me la tope ahí, nuestros estómagos decidieron gruñir al mismo y entre las dos decidimos comer un plato de galletas que encontramos en un plato,  a medida que iban quedando menos galletas nuestra distancia se fue acortando y de  repente nos dimos cuenta que nos estábamos besando.

Wolfs and Dragons | Jacaerys VelaryonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora