Los preparativos ya estaban casi todos listos para la fiesta de esta noche. Era un día muy especial, el príncipe cumplía sus 18 años.
Edward bajó las escaleras, conduciéndose al comedor. Apenas eran las 07:30am. Quizá su padre no lo regañaría por la hora ya que era su cumpleaños, aunque lo dudaba bastante. Se extrañó bastante al llegar y notar que ni el rey ni la reina estaban allí.
—¡Buenos días, alteza! ¡Muy feliz cumpleaños! —Margaret fue la primera en felicitarlo esa mañana. Era una de las cocineras, trabajaba hace más de 15 años para la familia Howard, aunque en los últimos años solo venia a trabajar en el castillo cuando Tom necesitaba una mano en días festivos. Edward la quería tanto como a una madre.
—Muchas gracias, Mar. ¿Y mis padres donde están? Siempre suelo ser yo quien llega tarde.
—Oh, ¿no te lo han dicho?
—¿Decirme que?
—Han salido. Al parecer había una multitud de pueblerinos deseosos por verte.
—Así que no tuvieron mejor idea que irse sin avisarme. En mi cumpleaños.
—¡Oh, pero cariño, no te preocupes! Ya deberían estar por llegar —dijo mirando su reloj—. Me dejaron a cargo que desayunes, ¿prefieres hacerlo en tu habitación? Prometo no decir nada —finalizó guiñándole un ojo.
—No, no. Tranquila. Que traigan para aquí los platillos, yo los llevaré al jardín, comeré ahí, me gusta.
—Como ordene, alteza —dijo Margaret para luego retirarse.
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Estaba solo en el jardín trasero, aún no había ingerido ni un bocado, leía un libro para pasar el rato, planeaba quedarse allí toda la mañana.
Observó como un carruaje llegaba al establo, por un momento pensó que eran sus padres, pero de el solo salieron Cleo y Jazmine. William, Romeo y Oliver salieron del establo para recibir los caballos. Los cinco adolescentes parecieron entablar una conversación como por unos 10 minutos, para luego comenzar a caminar hacia donde el príncipe de encontraba desayunando. Su mirada enseguida se conectó con la de William, se sonrieron sutilmente como siempre hacían.
—¡Feliz cumpleaños Ed! —se sobresaltó con el inesperado gran abrazo de Jazmine.
—Gracias Jazmine —sonrió amable.
—Feliz cumpleaños —le sonrío Cleo. Él le sonrió devuelta.
Romeo también lo felicitó amable. Seguido de Oliver.
Cleo, Jazmine y Romeo comenzaron una alegre conversación sobre dar un paseo hacia la playa en honor a el príncipe, Oliver no intervenía pero prestaba atención. En ese lapso en el que los cuatro adolescentes estaban distraídos, William le sonrió mientras le susurraba "Feliz cumpleaños". Edward pareció entender y le sonrió.
—¿Te parece buena idea, Ed? Romeo y William pueden ir también —preguntó Jazmine.
—Oh, no lo sé. Aún no he hablado con mis padres sobre esta noche, no se que planes tienen ellos para la tarde —explicó.
—Es verdad, aún no han llegado —dijo la princesa.
—¿Te molesta si nos sentamos a desayunar contigo? —propuso Cleo.
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Mi Dulce Amado
Storie d'amoreEn la vida, muchas veces aguantas tanto dolor que te destroza hasta caer de rodillas al suelo, solo por amor. Muchas veces no sabes en qué momento caerás, o si simplemente la vida es buena contigo y te hace levantar de la mejor forma. Nunca lo sabre...