El peli blanco buscó con la mirada a su acompañante, un miedo irreal azotó su corazón, esto le recordaba a ese tiempo en el cuál tenía pesadillas —debido a los traumas generados por sus padres— su madre quién paraba mayormente en casa, aunque sea en su cuarto, podía escucharlo sollozar y eso la ponía ansiosa. Asustada.
Jamás le agradaron los niños, ni al tener a su propio hijo en sus brazos se dio cuenta que ya se había convertido en "madre", seguía con la idea de una mujer libre, pero ya tenía una familia, un esposo y heredero.
Iba a la habitación de Satoru como todas las noches, algunas veces ella sentía la necesidad de ahorcarlo, su pequeño cuello en sus frágiles manos, envuelto como un collar, sin embargo todo ese deseo ocurría en su mente. Estaba harta, cansada y vacía.
Ella dormía a su lado, el pequeño peli blanco acunando su rostro en el pecho de su progenitora, Kazumi acariciaba con dureza la cabeza de su hijo, la expresión sin vida y triste siempre estaba plasmada en su ser.
Cantaba una canción de cuna, su voz suave, débil y melancólica lo arrullaba, haciéndolo dormir, la madre y su cría juntos, aunque tarde o temprano se separaran, así es la ley. A la mañana siguiente su ausencia se hacía presente, él buscaba con desespero a su madre.
Y como todo niño, rompía en llanto, casi como si le hubieran quitado algo que amaba a la fuerza, los ruidos qué emitia solo desesperaban más a la mujer. La volvían loca, inestable, como una bomba a punto de estayar o una flor a punto de marchitarse.
Le prohibieron extrañar la calidez de una persona, por lo que con el tiempo él mismo se aislaba y perdía la conexión con la sociedad. Solo por esta vez, quería que se quedaran a su lado. Váyanse, huyan, pero no lo dejen solo y lo olviden. Permitanle degustar de su presencia aunque sea un rato y después si quieren escapen.
—¿Geto? ¿Dónde estás? — llamó el peli blanco con una voz temblorosa y quebradiza como el cristal, ¿había ocurrido algo mientras dormía?, mordió levemente su labio, jamás se comportó así. Sentía desesperación, ¿por qué?, esto solo le pasaba cuando era niño, uno muy ingenuo y inocente.
Pero ahora actuaba como uno, muy tonto y confundido por todo, nunca le gustó que la gente se vaya sin siquiera darle una despedida, solo se esfumaban, aunque sea escuchar una excusa.
Temía que el azabache se haya ido, quizás por el momento incómodo o tenso que tuvieron o el hecho que lo vio en una situación vurnerable y desastrosa.
Y justamente cuando pensó que perdería toda la compostura, apareció el mencionado, observó confundido al peli blanco. Realmente no sabía que pasaba.
—Perdón, no quería despertarte.... — se disculpo Geto, le dedicó una sonrisa nerviosa, mientras se secaba el cabello con una toalla.
—¿Estabas en el baño? — preguntó Satoru riéndose internamente por lo estúpido y ansioso que era. Se levantó de la cama y analizó al contrario, viendo si sus vendas habían sido cambiadas, algo que lo dejó aliviado puesto que estaban bien puestas.
— Sí, el agua está tibia, así que aproveche y me di una ducha
— Ah, que bien, tomaré una ahora, con permiso....
Satoru bajó la cabeza, cerrando los ojos con fuerza lo cual le causó ardor, pasó por el lado de Geto, quién observó el comportamiento extraño de su compañero.
—¿Estás bien? Te noto un poco raro....
— Geto habló preocupado, tomando la muñeca del peli blanco, quería que lo viera, pero sería difícil ya que este no se voltearía. Estaba tan avergonzado y humillado de si mismo.—S-sí, estoy excelente como siempre....
— susurró el peli blanco de inmediato, soltandose del agarre con algo de brusquedad, fue al baño —puesto que cada habitación tenía uno propio— este se encerró ahí, sacándose su ropa, retirando cada prenda con pesadez.

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❝𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐭é𝐫𝐞𝐨❞ || [𝘚𝘶𝘨𝘶𝘴𝘢𝘵𝘰]
Фанфик°ʚ✩ɞ° Él quería morir.....Él quería vivir Él no tenía esperanzas.....Él sí las tenía Si él era la luna.....Él era una estrella Si él era la noche.....Él era el día Ambos eran totalmente diferentes Pero se complementan a la perfección Sin embargo el...