23

77 22 0
                                    

—Te pregunté que estabas haciendo, respondeme.... — volvió a repetirlo, ahora más amenazante, apretó ligeramente mi hombro, lo cuál me hizo estremecer.

Geto frunció el ceño, sabía que el contrario estaba incómodo y como un gato, iba a arañar, pero Satoru lo detuvo. Era una sentencia de muerte lo que él haría.

—Es-estaba ha-hablando con Geto, ¿qué te trae por aquí?
— murmuró el peli blanco nervioso, tratando de no encontrarse con aquella mirada asesina. Morirá de un paro al corazón si continúa esto.

—¿Por qué me preguntas estupideces? Soy tu novia, puedo estar dónde yo quiera junto a mi pareja.... — replicó la pelinegra cortante, un tanto irritada, apretó con más fuerza su agarre.

—Lo siento, no quise decir eso, Yuna....
— Satoru ahora si estaba muy asustado, demasiado, su cuerpo temblaba ligeramente, ya que la sentía muy cerca de él. Lista para atacarlo y comerlo.

—Satoru, tú no tienes porque disculparte, debe de hacerlo ella....
— declaró Geto con seriedad, desafiandola prácticamente, el peli blanco sacudió su cabeza, tratando de advertirle.

—¿Q-qué dijiste? ¿Quién te crees para venir y hablarme así? — la pelinegra alzó una ceja, una sonrisa nerviosa y disparadata apareció en su rostro.

Chocando la mesa con la palma de su mano para intentar asustar al contrario a medida que se acercaba a Geto.

— Lo que escuchaste ¿Acaso no te enseñaron modales? Porque estás siendo muy irrespetuosa con Satoru — expreso con cierta gracia el joven de ojos felinos, sonriendo burlonamente, casi con un poco de rabia en aquellos orbes color almendra.

—Repitelo, maldito perro — murmuró Yuna para que no escuchara el peli blanco, no quería armar un escándalo, parecían ambos unos perros gruñendonse entre si. ¿Quién ganaría?

Pero la pequeña discusión que se estaba por formar, no término en nada, puesto que un sonido estrepitoso hizo alarmar a todos los presentes.

—¡Estoy harta! ¡Maldita sea! ¡Jodete Mai! — grito una peli verde tirando la silla contra el suelo, rompiendola en el proceso. Estiró su cabello de una forma dolorosa, arañandose el cuello por lo enojada que estaba. Frente a ella se encontraba otra persona, su hermana gemela.

¿Qué había ocurrido? Es simple, Maki había estado observando a Nobara por mucho tiempo, sus ojos enternecidos por cada gesto de la contraria, algo que disgusto a su hermana, pero lo dejó pasar. Era evidente que Maki odiaba su presencia.

Después se fijó en su amigo, Geto, qué al parecer tenía "dificultades" con otra persona —para ser precisos, Yuna— sin embargo uno de los comentarios que hizo Mai, causó una conmoción en su mente.

"No te metas en dónde no debes" ¡Pero es su amigo! Si está viendo un comportamiento hostil de aquella mujer, debe de entrometerse, así no sea su asunto.

—¡De esto es lo que hablo Maki! ¡Tú causas más problemas en vez de ayudar! — gruño Mai alterada, estampando una cachetada en el rostro de la contraria.

—¡Si estoy enferma es por tu culpa y la de esa familia! ¡Me jodieron la vida! ¡Todavía acá Toji y Megumi me ayudan, pero ustedes me dejaron de lado! ¡Debí de largarme cuando tuve la oportunidad! — la peli verde alzó su voz, parecía que su garganta se desgarraria en cualquier momento.

Pateó los restos de la silla rotas a otro lado, todos a su alrededor trataron de no acercarse a ella, algunos llamaron a los doctores y guardias de seguridad.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐭é𝐫𝐞𝐨❞ || [𝘚𝘶𝘨𝘶𝘴𝘢𝘵𝘰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora