Capítulo 63

50 6 0
                                    

Capítulo 63

El timbre de la casa Stackhouse sonó, haciendo que Lil se sobresaltara, abandonando la concentración total que tenía para levantarse de sofá y abrir a Eric.

La mujer ignoró la primera oleada de emociones del vampiro al verla demacrada. Se sentía sorprendido y preocupado, y lo manifestó en cuanto entró en la casa.

-¿Cuánto has dormido en los últimos tres días?

-Estoy bien. ¿Tú lo estás? -Desvió el tema rápido, acercándose más para bajar el cuello de su camiseta levemente. Eric sujetó sus manos, hablando mientras la miraba fijamente.

-No ha empezado, estoy bien, Lil. ¿Habéis sabido algo de Alcide?

-No; van detrás de la pista de una manada disidente de Texas. Son los que más sangre movían. Esperan ir por ellos mañana y pillar al alfa.

-Bien. ¿Qué tal anoche con las brujas? -Preguntó mientras se sentaban en el sofá, mirándose.

-Estuvimos probando todo lo que sabían, y no encontramos nada. Pero Anne, la amiga de Madeleine, me habló de un tipo de hechizo diferente que sí podría funcionar. He estado preparando todo para hacerlo esta noche.

Eric observó el gran grimorio sobre la mesa con un papel donde había algo escrito, junto con un bol de piedra blanco y un cuchillo. Automáticamente después volvió a fijar la vista en la joven, hablando con seriedad.

-¿Qué clase de hechizo es este?

-Tenemos que mezclar nuestras sangres en el cuenco, y el hechizo hará que el virus pase a mí por completo; esa es la idea.

-No me refiero a cómo funciona. ¿Es peligroso para ti?

-Toda magia de este estilo conlleva riesgo, pero soy fuerte; he aprendido mucho. Hay que intentarlo, Eric. Si Flanagan enfermó cuando me has contado, tú lo harás la semana que viene a la sumo.

-No vamos a arriesgarnos si puedes morir. -Sentenció de forma seria, pero ella no se alteró, hablando mientras agarraba sus manos.

-No va a pasarme nada, Eric. No llega a ese peligro. Vamos a intentarlo, por favor.

-Creo que me estás mintiendo, Lil. No puedes pedirme sinceridad, si tú no vas a hacer lo mismo.

Lil agarró la mano del hombre que surcaba su mejilla, hablando con la misma firmeza que antes, sintiendo las dudas de Eric.

-Sí, es peligroso, más que otros a los que me he enfrentado, pero podré hacerlo. Sé que puedo, Eric. Hay que intentarlo. Confía en mí.

-Está bien; pero si algo no fuera bien, quiero que pares, Lil. ¿Entendido?

La camarera asintió velozmente, pasando después a besarlo en los labios con un deje de ansia. En cuanto se separaron, ninguno dijo nada mientras la bruja comenzaba los preparativos.

Eric entendió el gesto de la chica al coger el cuenco en sus manos junto con el cuchillo, y le ofreció su muñeca, observando como provocaba un corte y dejaba caer un hilo de su sangre en él. Acto seguido, la morena hizo lo mismo con ella misma, aunque más rápidamente para soporta el dolor.

El rubio contempló como incendiaba mágicamente el cuenco con sus sangres, y pasaban entonces a recitar aquel hechizo que había escrito, aunque no le hizo falta mirarlo para recordar.

A la segunda vuelta de aquel mantra, Lil cerró con fuerza los ojos, concentrándose ante la enorme tensión que empezó a inundar su cabeza, a la vez que aquella dolorosa electricidad, todo su cuerpo. Había algo distinto en aquella magia, podía sentir una fuerza más poderosa y arrebatadora, pero eso no le hizo dudar.

Contigo, sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora