35. Juguemos... a nuestro compromiso

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Haikuan se sentía confiado. No sólo había logrado recuperar a Cheng, también estaba a punto de asegurar su mano en compromiso y por si eso fuera poco, libraba a Yibo de una boda forzada anunciándolo frente a toda la prensa sin dar oportunidad a sus tíos o a los tíos de Cheng de negar tal noticia, pues todo mundo estaba esperando para obtener la primicia prometida por parte de la familia Wang. Aquello era una bomba de tiempo a su favor y la cuenta regresiva ya había comenzado.

Por su parte, Cheng había dormido poco, pero lo suficiente para soñar que se casaba con Haikuan mientras Jackson era sometido por hombres sin rostro que lo obligaban a ver la boda. Jackson forcejeaba y gritaba, pero nada funcionaba. Haikuan sonreía de forma perversa. Cheng desconocía al hombre frente a él y los gritos de Jackson resonaban desde el interior de su cabeza.

En cuanto despertó, supo que tenía que hablar con Jackson. No planeaba volver a ver a Haikuan hasta que terminara lo que tenía con Jack, aunque tan solo el pensarlo le generaba estrés y un leve malestar en su estómago. Tomó su medicamento y suspiró. Le debía la vida a Jackson y de algún modo, romperle el corazón no parecía lo correcto de hacer, pero amaba a Haikuan. No sabía que debía hacer.

Miró a Zhan mientras este dormía y acarició su cabellera negra. Zhan había regresado muy mal, en cuanto se metió bajo las mantas comenzó a sollozar, apenas le había comentado sobre su compromiso forzado.

El sueño venció primero a Cheng, aunque sintió que no descansó ni un poco y ahora no sabía qué hacer ni sentía correcto pedir ayuda a Zhan con tantos problemas que tenía encima.

El reloj marcaba apenas las ocho de la mañana, el anuncio del compromiso de Zhan sería en dos horas, por lo que optó por alistarse y hablar antes con Jackson, así le daría tiempo de hablar con Haikuan una vez terminada la conferencia por lo que buscó el contacto de Jack.

"Necesitamos hablar"

Escribió sintiendo que su conciencia le carcomía. Tenía que ser fuerte, tenía que hacer las cosas bien esta vez poniendo como su prioridad a Jack. Se lo debía.

Jack caminaba ansioso, apenas le había dado tiempo de tomar una ducha cuando el mensaje de Cheng lo había hecho temer lo peor. No era tonto, siempre supo que Cheng lo estaba utilizando por despecho, pero tampoco negaría que mantuvo una mínima esperanza de que al final, Cheng se enamorara de él y al parecer este era el momento de la verdad y aunque intuía el desenlace no implicaba que él se haría a un lado. La verdad es que Cheng en realidad le gustaba, esa personalidad tsundere que el menor se cargaba lo incitaba a querer ganarse su afecto y por ahora sólo pensaba en cómo convencerlo.

Un par de golpes lo hicieron brincar, pero no dudó en abrir la puerta y abrazar a Cheng con fuerza adentrándolo a su habitación.

-Hola, pequeño. Estaba tan preocupado por ti...

-Hola, Jack- Cheng puso su mano sobre el firme pecho de Jackson y lo empujo levemente. Miró la habitación y su estómago se retorció, la cama estaba hecha, pero desacomodada, varias botellas del minibar estaban vacías por todos lados, se hacía una idea de cómo había pasado la noche el mayor y se sintió muy culpable al darse cuenta de que mientras Jack se sumía en la desesperación, él estaba retozando con Haikuan.

Cheng tomó aire, cuadró su postura y por fin miró a los ojos a Jack.

-Jack, yo...

-No – Jack lo interrumpió y lo tomó por los hombros- Sé lo que me vas a decir, pero no lo acepto.

-Pero Jack.

-Haikuan es mi amigo y lo estimo, pero también tienes que recordar que él no estuvo para ti, te engañó con Zanjin.

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