Xiao Zhan es un doncel que no cree en el amor aunque esté comprometido.
Wang Yibo es una estrella en ascenso el cual tiene una afición por romper el corazón de los donceles a su paso.
Ambos juagaran a no enamorarse.
-Es huraño, tiene el genio de los mil demonios..., pero está pasable – Yibo hablaba de nuevo del doncel que visitaba el bar cada viernes con algunos amigos de la universidad y en ese momento esperaba su pronto aparición.
Haikuan bebía su trago con desgana, estimaba mucho a su primo, pero consideraba que su obsesión por los donceles la llevaba demasiado lejos en algunas ocasiones. Cuando un pequeño alboroto llenó el lugar, Haikuan no se molestó en levantar la mirada, si bien disfrutaba de conquistar a una que otra chica y divertirse un poco, la idea de enredarse con un universitario no le atraía, muy a diferencia de Wang Yizhou, otro de sus primos que siempre andaba detrás de jovencitos.
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-¿Cómo puedes decir que está pasable, cuando es realmente muy bonito?- Yizhou no disimulaba su mirada hambrienta.
Haikuan suspiró y decidió mirar por curiosidad. No hubo necesidad de preguntar quién era el doncel del grupo, apenas sus ojos cayeron en la menuda figura del pelinegro con ojos oscuros y fieros lo supo de inmediato. La mirada que el joven doncel le dedicó removió todo su interior al punto en que se atragantó vergonzosamente con su bebida y comenzó a toser escandalosamente.
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Haikuan quedó embelesado por el joven que a sus ojos no era un gruñón, como según su primo se lo describió, a su punto de vista, Cheng era un jovencito muy tímido, similar a un gatito asustadizo que araña porque tiene miedo. Sin contar que los donceles eran muy cotizados, buscados como el oro, pues no había excepción, los donceles eran siempre hermosos, desprendían un aroma embriagante cuando se excitaban por lo que muchos consideraban que eran los mejores amantes que alguien pudiera llegar a tener. Siempre que en una familia nacía alguno, se ganaba cierto estatus en la sociedad.
Sin importar que Yibo le hubiera dicho sus intenciones para con Cheng o el interés de Yizhou, Haikuan hizo todo lo que estaba en sus manos para conquistar al pequeño minino porque bien sabía que sus primos sólo lo deseaban superficialmente, pero para Hai, el hermoso doncel había robado su corazón desde el comienzo, se armó de paciencia para acercarse, pero nada parecía dar resultado.
Una noche, donde Cheng lo había rechazado por enésima vez, Haikuan hablaba con su mejor amiga, Lulu, tratando de desahogar su mal de amores.
-No estoy seguro de poder fijarme en alguien más- respondió Haikuan a la sugerencia de su amiga de dejar al doncel de lado ya que este parecía no sentir nada por él. -Yo en verdad lo amo, Lulu.