15. Juguemos... a salir de fiesta

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-Tienes una cara de mierda que siento pena por ti- Jackson entró al departamento de Yibo mirando a su amigo con ropa de cama a las 6 de la tarde.

-¿Qué haces aquí?- Yibo se giró para buscar algo que picar. En todo el día no había probado bocado.

-Te reportaste enfermo. Estoy preocupado, nunca habías faltado a ninguna práctica, menos aun cuando las competencias regionales están por comenzar- Jackson se sentó en el amplio sofá con total confianza.

-No tenía humor para hacer nada. -Yibo sacó lo necesario para preparar un sándwich cuando de pronto recordó algo importante -Si tú estás aquí, ¿quién se está encargando del bar?

-Hey, ¿quién crees que soy?, lo dejé en buenas manos. Deberías de confiar más en mi- dijo ofendido.

Yibo lo miró con los ojos entrecerrados intentando preparar su sándwich -Bueno, supongo que podemos confiar en Seung Youn, Yixuan terminaría quemando el bar.

Jackson se removió inquieto en su asiento y sacó su celular con rapidez -Sí, claro, Seung es muy maduro.- murmuró distraídamente.

Entonces Jack tecleó rápidamente en su celular: "Cambio de planes, Seung está a cargo. Yixuan, no rompas nada. Órdenes de Yibo"

Después de ese mensaje prosiguió a silenciarlo evitando dejar en evidencia de las quejas que recibiría por parte de sus amigos.

Yibo iba a insistir cuando la puerta se abrió dejando ver la figura de Haikuan.

-¡Vaya! Ambos comparten la misma cara, ¿qué carajos tienen los Wang esta noche?

Haikuan lo miró con molestia. -¿No tienen un bar que atender?

-No, no, no. Ustedes están mal- dijo Jackson señalando a ambos primos – Necesitan salir un rato y despejar su mente. Hoy los llevaré de fiesta para que dejen esa cara de amargados.

Haikuan y Yibo se miraron un momento. Haikuan en verdad necesitaba distraerse de aquellos pensamientos que invadían su mente últimamente y Yibo quería olvidar al bello doncel al que había besado una semana atrás. Cada vez se le hacía más difícil aparentar que todo estaba bien.

Después de una hora de suplicas y lloriqueos por parte de Jackson, los primos accedieron a aquella noche de fiesta y este salió contento a alistarse dispuesto a tener un buen polvo.

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Yibo y Hai apenas si cruzaron palabra durante su sencilla cena, cada uno envuelto en sus problemas y pensamientos. Ya cambiados y dispuestos a distraerse partieron en el auto del mayor, el camino fue silencioso y Yibo se sorprendió de que Haikuan no lo estuviera reprendiendo por portarse tan irresponsable, el bar apenas había sido adquirido por lo que requería toda la atención de Yibo sin contar su ausencia en las practicas.

-¿Por qué no viene el gruñón con nosotros?- preguntó Yibo mirando atentamente a su primo cuando estaba estacionando el auto.

Haikuan emitió algo parecido a un gruñido y se tomó el puente de la nariz, tal vez le serviría hablar con alguien aquello que lo tenía tan confundido por lo que suspiró y miró por el parabrisas del auto. -Yo... no sé lo que me pasa, pero últimamente no puedo evitar pensar que... -Su celular vibró con una notificación que decidió ignorar y volvió a suspirar – Mi nuevo asistente, él... - Otra notificación que cortó sus palabras y distraídamente tomó su móvil, pero decidió proseguir – Yo no puedo evitar... -Cuando la tercera notificación llegó decidió ver la pantalla haciendo que su ceño se arrugara, entonces llegó el cuarto mensaje, para ese momento ya sentía su sangre hervir y salió del auto azotando la puerta con fuerza dirigiéndose a grandes pasos a la entrada del club dejando a un Yibo totalmente confundido.

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