23. Juguemos... a que me tienes (Parte 3)

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De una camioneta negra de último modelo, bajó una pareja cuya presencia era de particular interés para la familia Chen y por la cual se había montado tan exquisita recepción en la mansión principal. Los actuales CEO de Empresas Lan por fin hicieron su aparición, rodeados de glamour que los caracterizaba: Wang Ziteng y Carman Lee cruzaron las puertas atrayendo la mirada de los presentes, aunque su asistencia causó diferentes reacciones, estas no duraron debido a las inesperadas situaciones que se generaron dentro de tal convivencia.

Wang Haikuan

Haikuan detuvo sus pasos y comenzó a retroceder buscando con urgencia a Yibo. Sabía que algo así podía pasar, pero no sabía cómo iba a reaccionar Yibo ante aquella pareja, lo mejor sería advertirle y tratar de pasar desapercibidos, pero aún así, sus ojos buscaban frenéticamente a Cheng.

Haikuan localizó a Cheng quien era sostenido por Jackson de una manera muy cercana. A la distancia podrían parecer una pareja. Se debatió un momento sobre qué asunto era más urgente resolver y cuando se decidió en ir hacía Cheng, dado que había notado la mano de Jackson sobre la cintura de su doncel, algo llamo su atención, por un segundo pudo ver los ojos asustados de Zhu Zanjin el cual estaba siendo arrastrado por un hombre que no pudo reconocer. Bien podría ignorar a ese doncel, pero aquella mirada... los ojos de Zanjin suplicaban por ayuda, justo como aquel día en que había llegado a la oficina después de que unos hombres lo habían atacado y no tuvo el valor para ignorarlo.

Encontró a Zanjin con aquel hombre que lo sometía con fuerza mientras lagrimas resbalaban por el rostro del pequeño doncel, el maestro de ceremonias comenzó a llamar la atención, era cuestión de segundos para que alguien mirara hacía esa dirección. Casi trastabilló cuando reconoció a aquel hombre y sus pasos aumentaron la velocidad pues el ataque contra Zanjin no paraba, como si a aquel hombre no le importara ser descubierto por todos los asistentes.

Zhu Zanjin

Madam Jin buscaba desesperadamente al apuesto empresario y jefe de su hijo, había encontrado al candidato perfecto para aquel matrimonio tan deseado y a pesar de su renuencia, jalaba a Zhu Zanjin quien cada vez se ponía más nervioso, pues podía distinguir entre los invitados aquellas desagradables miradas dirigidas a su persona. En más de una ocasión le había rogado a su madre retirarse antes de que algo malo pasara, pero Madam Jin lo tranquilizaba prometiéndole jamás dejarlo solo, aunque ella misma se había asegurado de que su hijo recibiera una dosis muy baja de inhibidores de aroma para aquella noche tan especial, porque precisamente su objetivo era emparejar a su hijo en aquella fiesta llena de buenos prospectos y ahora que había encontrado a uno, sólo tenía que dejar a su hijo a solas con aquel hombre en una habitación y entonces su futuro estaría asegurado.

-Habla con él- le decía Madam Jin a su hijo- Es tu jefe, no puedes fingir que no lo conoces, yo sólo iré al tocador por unos minutos, no tardaré nada.

Haikuan estaba a unos metros, pero podía ver que buscaba a alguien con urgencia por lo que dudó en acercarse, cuando se giró para con su madre, se percató de que esta no estaba y ansioso, comenzó a moverse entre los invitados para buscarla. Las personas se entretenían en mirar a la nueva pareja que entraba a la mansión, por lo que aprovechó aquella distracción para tratar de alejarse, pero aquello fue contraproducente, atravesó frenéticamente la multitud con los nervios a flor de piel lo cual incrementaba su aroma tan atrayente.

Una mano sobre su muñeca se cerró como un fierro y comenzó a arrastrarlo entre la multitud, a lo lejos miró a Haikuan pero sin atreverse a pedir por ayuda, el miedo lo había paralizado. No conocía a alguien en ese lugar además de su jefe y por una fracción de segundo creyó ver que Haikuan lo había reconocido, pero fue tan pronto que no estaba seguro.

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