19. Juguemos... a que no hice algo malo

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ZhuoCheng bajaba de su auto frente a la fachada del edificio donde se encontraba la oficina de Haikuan con la ilusión de aclarar ciertos aspectos en su relación, pero la sonrisa en su rostro cambió a una de sorpresa apenas había dado unos pasos, de lejos, reconoció al par de personas que abandonaban el edificio en medio de una acalorada discusión.

-¡¿Sabes lo que acabas de hacer?!- gritaba Yizhou sujetando a un joven doncel fuertemente por el brazo.

-No entiendo cuál es el problema- contestó entre jadeos el doncel- ¡Agh! Me duele, Yizhou. ¡Maldición!, ¡Ya suéltame! - decía entre lloriqueos mientras sus ojos brillaban por las lágrimas que derramaban.

-¿Ji Li?- Preguntó Cheng, reconociendo a su amigo de la infancia.

-¡A-Cheng! Ayúdame. Me duele- Lloró Ji Li, tratando de esconderse tras Cheng.

ZhouCheng se compadeció de su amigo y presuroso intervino entre ambos liberando a Ji Li quien de inmediato lo usó de escudo. - ¡Yizhou!- habló enfadado el doncel- ¿cómo puedes tratar así a A-Ji?, sabes bien que no soporta los tratos rudos.

-Que dé gracias a que no lo estoy golpeando, que es exacto lo que se merece- Yizhou hablaba mientras apretaba los puños caminando de un lado al otro tratando de calmar su temperamento -No deberías hablar sobre eso tan ligeramente- regañó el hombre mirando al doncel tras el cuerpo de Cheng.

-No sé qué fue lo que hice mal- lloró Ji Li- No sé porque reaccionas así. Yo no hice nada, lo juro.

-¡Hiciste suficiente!- le respondió Yizhou perdiendo la poca paciencia que tenía- Tu y yo somos primos – dijo Yizhou señalándolo con el dedo- y habíamos acordado que ese tonto compromiso era algo desagradable y que no lo llevaríamos acabo.

-¿Desagradable?- Ji Li salió de su escondite cambiando su tono de miedo a uno dolido- Eso no es lo que pensaste hace dos años, aquella noche en que tu...

-Agh, ni lo menciones- Yizhou se tomó el puente de la nariz con arrepentimiento y calmó su tono de voz- Nosotros hablamos sobre esa noche, ambos estábamos ebrios en esa reunión familiar, creí que había quedado claro.

-Lo sé- concedió Ji Li mirándose las manos, avergonzado.

-Yo sólo te veo como un hermano pequeño- confesó Yizhou.

-Y yo siempre te he visto como mi muy malhumorado hermano mayor – Ji Li se atrevió a sonreír un poco y sin saberlo, ambos se miraban con leves sonrisas.

-¡Ustedes están locos!- gruñó Cheng mirando uno a otro totalmente confundido. -¿De qué diablos están hablando? ¡No entiendo nada!

-Yo no hice nada- habló Ji Li de nuevo escondiéndose tras Cheng- Y si lo hice, no sé qué fue.

Yizhou se acercó a Ji Li de forma amenazante olvidando por completo la leve paz entre los dos apenas unos segundos atrás.

-¡Tu!- Yizhou señaló a Ji Li. -Hablar de un compromiso que no existe a los cuatro vientos. ¿Sabes lo que hiciste?- preguntó Yizhou de nuevo colérico.

-¡Argh, no entiendo nada!- se quejó Cheng alborotando su negra cabellera. -¿Están comprometidos o no?

-¡Yo te lo explico!, ¡Yo te lo explico!- dijo Ji Li dando pequeños saltitos. Yizhou lo miró y suspiró armándose de valor por la eterna actitud infantil de Ji Li- Desde pequeños siempre hemos sido muy unidos, Yizhou es mi primo tercero y prácticamente crecimos como hermanos. Nuestra familia está loca y quieren conservar el dinero, el apellido y esas cosas, propusieron que nos comprometiéramos, pero ni Yizhou ni yo nos vemos de otra manera más que como hermanos, excepto esa noche donde ambos estábamos ebrios y perdimos nuestra virginidad juntos, -para este punto, Cheng no podía decir qué era lo que le sorprendía más, si la forma tan rápida de hablar de su amigo que parecía no respirar o toda la información que Ji Li soltaba sin ningún filtro. - pero fue todo tan extraño que aclaramos nuestros sentimientos y quedamos sólo como hermanos. Yizhou se fue junto con sus primos más cercanos porque, como digo, nuestra familia está super loca y nos liberó a ambos de un compromiso que no queremos, hasta la semana pasada donde papá me amenazó diciendo que si no conseguía casarme con Yizhou, me quitaría mi convertible y mis tarjetas y me obligaría a trabajar, por eso he venido por Yi para que me salve.

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