Agnes
—Se complementa con la información que estamos indagando, Agnes.
—Mierda —murmuré. ¿Cómo había llegado a pasar esto? ¿Cómo no lo había previsto?— La leche en polvo resulta tener componentes peligrosos. No es un veneno como tal, pero produce una grieta severa en el sistema inmunológico. Los granos de maíz, por otro lado, tienen cepas de virus variados. En conjunto, podrían asesinar a cualquiera con facilidad.
—¿Crees que sea intencional o estarán formando grupos de control en los que experimentan con lo que encuentran?
—Sea cual sea su intención, no parecen estar interesados en dejar de hacerlo, estos tarros fueron fabricados hace una semana —concluyó Adriana, jefa del laboratorio, mediante la videollamada que realizaba al lado de Julián.
—Gracias, Adriana. Mantennos al tanto cuando salgan los demás resultados —señalé. Ella afirmó con la cabeza y cortamos la comunicación.
—Ok, recapitulemos —indicó Julián sentándose en una de las sillas de la sala sobándose la frente volviéndome a la realidad, la cruda realidad—. Primero y lo único que tenemos claro: La Lucha Blanca está envenenando a los niños por medio de los productos enviados por El Norte, ya sea con conocimiento o sin él. Podríamos señalarlo como terrorismo.
—Y podrían negarlo todo. Nuestras fuentes para ligar al Norte con la Lucha Blanca son Timothée, especulaciones de la gente y mera inferencia.
—Necesitamos comprobar esa conexión.
—Ok, primer pendiente. Sigamos.
—En segundo lugar... tu posible secuestro —no pude evitar sonreír antes lo absurdo de la posibilidad y mi arrogancia al respecto.
—Ajá.
—Y eso se liga a un tercer lugar, Timothée —en esta ocasión, no pude evitar entrecerrar los ojos al oír su nombre.
—Así parece.
—Tenemos que aplicar el protocolo de salvaguarda.
—¿Aunque no sea probable que suceda?
—Es ahí donde entro en conflicto, Agnes. No puedo evitar pensar en la posibilidad de que Timothée nos esté viendo las caras a todos y que en realidad sea una doble jugada, después de todo, él era, o es, parte de ellos.
—Aquí hay muchas posibilidades, Julián. Que la chica lo esté manipulando, esperando que él venga con la información falsa y que fallemos en la aplicación del protocolo. Que él lo sepa y nos esté tendiendo una trampa. O que sea todo genuino y estén planeando retenerme.
—Sea la opción que sea, creo que lo más prudente sería considerar la prevención, luego podemos ocuparnos de él.
—¿O? —pregunté reconociendo en él la mirada de que tenía algo que agregar, pero sopesaba las posibilidades.
—O lo usamos.
—¿Usarlo? —pregunté fastidiada por la idea.
—Déjame explicarte antes —suspiré y lo miré seria—. Es necesario saber para qué bando juega Timothée. Podría parecer que, para el nuestro, después de todo vino a avisarte, pero no es seguro —afirmé con la cabeza.
—Tranquilo, Julián. Yo sé muy bien que nada que lo pueda decir un hombre es seguro.
—Auch —murmuró frunciendo el ceño mientras fingía que se acariciaba el corazón—. Bueno, escucha. Podemos fingir que él te entregará, lo enviamos con un GPS, a ti te confiscarían cualquier cosa, pero a él... Además, de ser cierto, podrían llevarte al lugar que la Lucha Blanca use, donde podrán estar los alimentos...
—Que me usen como señuelo dices.
—Esto recién se me va ocurriendo, pero sí. Pensaba que el solo llevarte funcionaría para ubicarlos, pero si te quedaras unos días...
—Podría recolectar la evidencia.
—Él te llevará, pero una vez que el GPS esté instalado, ya sea que él se una a ellos o no, nosotros iremos por ti. Y si lo del secuestro es falso, entonces simplemente se aborta toda la misión.
—Julián, eres un genio —dije levantándome y abrazándolo.
—No quisiera, ¿sabes?, dejarte en manos de la incertidumbre. Iría contigo mismo si pudiera.
—Lo sé, lo sé. Sé cuidarme sola, ¿vale?
—Solo... protégete como lo sabes hacer —susurró dando un beso sobre mi cabello.
Esta siempre había sido la relación que había tenido con él. No me subestimaba, no me protegía de más, confiaba en mis decisiones y en lo que era capaz de hacer, y lo quería por eso. En un mundo donde todas mis acciones eran cuestionadas por ser mujer, tenerlo a mi lado confiando plenamente en mis decisiones e incluso proponiéndome cosas que podrían considerarse riesgosas, porque sabía que podía con ello, era potente. Me generaba una confianza que a veces olvidaba que necesitaba.
(...)
—¿Entonces quieren que la entregue, así como así?, ¿y si la lastiman? —ahogué una risa mientras oía los disparates de Timothée. Sobre dolor ya había conocido lo suficiente como para temerlo.
—Curioso, ¿entonces la pacífica Lucha Blanca es capaz de lastimar? —pregunté sarcásticamente. Pude ver cómo tragaba saliva y se sentía contrariado por el enfrentamiento entre ambas ideas.
—No lo sé —terminó admitiendo en un murmullo—, pero no me gustaría correr el riesgo. Además, la Nación del Norte sí lo haría sin dudarlo, ¿qué pasaría si ellos llegan antes?
—Para eso estás tú —intervino Julián—, nos avisarás sobre sus comunicaciones y el riesgo que podrían correr. Estamos confiando en ti —afirmó con una mirada penetrante, como si a través de ella podría infligir responsabilidad en él.
—¿Por qué?, ¿por qué me están eligiendo para esto?
—Chalamet, tu labor es acatar lo que te digan, no preguntar —respondió con severidad Julián.
Era cierto y no lo era a la vez. Era verdad la parte en la que los soldados debían acatar instrucciones en cuanto les sea posible, pero también era cierto que, si hubiera sido una conversación privada, no me hubiera molestado brindarle los detalles. Sabía que ese empezaba a ser mi punto débil, por lo que le pedí a Julián que él le explicara el plan y lo manejara como si de su operación se tratara.
—Bien —afirmó Chalamet con un semblante serio en su rostro—, ¿cuándo partimos?
—Necesitamos que confirmes tu participación primero con ellos. No puedes llegar llevándome a rastras de la nada.
—Bien —repitió y en su mirada vi que el conflicto que podía haber estado experimentando previamente, de pronto, había desaparecido.
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Entre el fuego y la guerra ▪︎ T. Chalamet
FanfictionEn un mundo que vive en una guerra constante, ella comanda una de las más grandes fuerzas y busca encaminar a su Nación a la victoria absoluta. Él, por su parte, solo busca detener el innecesario derramamiento de sangre y encontrar paz para toda la...