Era una locura, no entendía cómo se atrevía a ponerse en bandeja de plata solo para no arriesgar el protocolo por los incendios. ¡A la mierda el protocolo! Lo más seguro era que la metieran en un jet y se la llevaran, y lo más probable es que hubiera más razones para llevar a cabo este descabellado plan, pero no me las iban a decir.
Los jets con los heridos ya habían partido, y los médicos con ellos. Solo quedaban algunos soldados que para mañana se habrían ido también. Dividieron la población en dos partes de forma voluntaria, los que querían podían quedarse en el bunker y los que no, podían ir una unidad abandonada en la que iban a contar con habitaciones, comida y vestimenta. La mayoría decidió que prefería partir, pero aún había personas que querían quedarse, así que no estaban obligados a marcharse.
En lo que correspondía a mí, era el segundo día que me ponía en comunicación con Julieta, a quien le había asegurado mi participación en el secuestro de Agnes. La había convencido de que no era necesario hacer un espectáculo de eso, pues la gente podría rebelarse y arruinarían el plan.
No había pensado mucho en que en realidad los estaba traicionando, no podía darme el lujo para eso. Lo que más solía rondar en mi cabeza en estos días era Agnes y cómo iba a lograr que esté bien dentro de todo este plan y en cómo, si es que yo no llegaba a intervenir, posiblemente se expondría al peligro y quién sabe si seguiría viva. Me convencía constantemente en que eso era lo primordial, luego lidiaría con todo lo demás.
—¿En qué tanto piensas? —preguntó de pronto Julieta a mi lado mientras yo veía el sol caer.
—En cómo será mi vida después de esto —murmuré siendo sincero.
—Bueno —respondió—, lo que sea que venga, será mejor que lo que estabas viviendo. Quizá luego podamos traernos a Carl también, ¿qué te parece?
—Me agrada la idea de estar con Carl —dije sonriendo honestamente. Lo extrañaba, él se había quedado en la unidad, me preguntaba qué opinaría de lo que estaba a punto de hacer, era tan posible que lo entienda como que no.
—Entonces está dicho. Dios, no sabes cuánto te extrañé, Timothée —exclamó tomando mis manos entre las suyas, llamando mi atención. Cuando por fin la miré, sus ojos brillaban esperanzados. Por el futuro que creía que venía por delante, imaginé. No podía responder con la misma calidez, así que me limité a sonreír.
—Me siento nervioso —admití antes de que notara algún cambio en mí y le generara desconfianza—. ¿Me repites el plan?
—Claro que sí —afirmó—. Mañana es el último día de la unidad por aquí, así que será nuestra única oportunidad. Le pedirás a Agnes que te acompañe de manera urgente, a solas, tu excusa será que encontraste un dispositivo del Norte entre unos escombros.
—¿Y por qué vendría a solas por eso? —pregunté, aunque no era necesario.
—Porque no querrá alarmar a la gente de forma inmediata.
—Entiendo...
—Entonces la llevarás al Pasaje de Flores, 4 personas estarán vigilando desde los techos, se acercarán y la enmarrocarán. Después iremos a la base de la Lucha y tu misión habrá terminado.
—Pensaron en todo.
—Claro que sí, Tim. Venimos esperando una oportunidad como esta hace meses.
(...)
—Se supone que debemos acercarnos de manera urgente al Pasaje de Flores —anuncié con el corazón golpeando mi pecho una y otra vez.
—Ok —respondió Agnes. En sus ojos se veía decisión y no pude evitar admirarla por eso. La veía tan serena que sentí que exageraba al preocuparme.
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Entre el fuego y la guerra ▪︎ T. Chalamet
FanficEn un mundo que vive en una guerra constante, ella comanda una de las más grandes fuerzas y busca encaminar a su Nación a la victoria absoluta. Él, por su parte, solo busca detener el innecesario derramamiento de sangre y encontrar paz para toda la...