CAPITULO 14 Problemas.

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Narrado por Tom

Algo húmedo y un poco áspero frotaba mi mejilla haciéndome despertar. Cuando abrí los ojos me encontré con Pumba lamiéndome la cara y a Alex sentado en la orilla de la cama tapando su boca con ambas manos para no reírse. Le miré frunciendo el ceño, supongo que este sería el nuevo despertar a partir de hoy.

– ¿Qué haces ahí?

– Pumbi quería darte un beso de buenos días.

– ¿Y tú no? – le dije apartando al cachorro de mi cara. Rápidamente Alex vino a darme un sonoro beso en la mejilla junto a un fuerte abrazo. Vi que Bill todavía dormía, así que decidí que despertara de la misma manera.

Aupé a Alex para sentarlo en medio de la cama y cogí al cachorro dejándolo al lado de la cabeza de Bill que nos daba la espalda. Guiñé un ojo a Alex y, cómplice de mi broma, rápidamente se volvió a tapar la boca para no reír.

Pumba rápidamente hizo lo que esperaba. Subió por la cabeza de Bill y le lamió la oreja.

– Mmm... Tom... ahora no.

No me pude aguantar y rompí a carcajadas junto a Alex, que se tumbó sobre la cama riendo como loco al verme a mí.

– ¿Qué pasa? Mmm... ¡¡Ay, Pumba!!

– Pumbi te da los buenos días, papi.

– Ya veo. – lo apartó y tiró de los brazos de Alex. – Ahora dámelos tu.

Alex se tumbó encima de Bill acurrucándose mientras le abrazaba y dejaba besos por su mejilla. Alex crecía, pero ese punto de bebé no lo perdía, le encantaba que Bill le cogiera en brazos y le consintiera como a un bebé.

– Yo también quiero. – dije divertido y dejé caer mi pecho sobre Alex.

– ¡¡No!! ¡¡No!! – gritaba Alex riendo. Los tres reíamos y el pequeño Pumba trepaba por mi espalda.

– Pumba también se une. ¡Vamos a chafarlos, Pumba!

– ¡¡No, papá!!

Apenas eran las diez de la mañana, pero las ganas de Alex por estar con su nueva mascota, le hicieron madrugar. Si le dejábamos, fácilmente dormía hasta las doce del mediodía.

Jugamos un rato los tres en la cama con el cachorro y así, pasamos la mañana.

Mamá vino sobre las doce y media o así, para ayudarnos a preparar la mesa y las sillas en el jardín. Hoy celebrábamos el cumpleaños de Alex con nuestros amigos.

Poco a poco vinieron todos. Dereck, como no, el primero y por la terraza. Georg y Gustav vinieron juntos con sus chicas un poco más tarde. Estábamos todos en la terraza tomando unas cervezas y divirtiéndonos con el nuevo integrante de la familia, Pumba.

Tocaron al timbre y vi que Bill estaba hablando con la novia de Georg, así que yo mismo fui a abrir.

– Hola. – me extraño, pero... tal vez le invitó Bill y se olvidó de decirme.

– Hola, Damián. Pasa.

– Espero no molestar. – eso me confundió más.

– No, tranquilo. Todos están en la terraza. Pasa, como si estuvieras en tu casa. – no lo conocía mucho, no me daba muy buena espina. Solo había cruzado alguna palabra con él en la tienda y siempre era bastante cortante y antipático.

Dereck entró rápidamente y le saludó.

– Am, le invité yo. Espero que no os moleste. – me dijo.

– No, tranquilo.

Los tres salimos a la terraza y Dereck se ocupó de presentarle a todos. Yo me acerqué a Bill que se quedó sentado en una tumbona.

Mentiras en la red 2 - TWC-RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora