CAPITULO 21 Desaparecer.

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Narrado por Bill.

En mi vida me había sentido así. Era como flotar en una nube, pero a la vez dolía. Mi cuerpo me dolía como su puta madre.

Podía oír voces. Voces que parecían discutir y mi cabeza me iba a estallar. Pude reconocer las voces, la música, el ruido... estaba en casa de Javi y me habían pegado. ¿Pero quién?

Alguien acariciaba mi mejilla. Al fin pude abrir los ojos y vi como un tío se iba de esa habitación, Javi cerrando la puerta, Andi apoyado en la pared, y después vi quién me acariciaba sentado a mi lado. Tom.

– ¿Qué ha pasado? – pregunté sentándome poco a poco.

– ¿Estás bien? – Tom todavía no terminaba de vocalizar, así que no había pasado mucho tiempo.

– ¡Bill, tío! Lo siento, en serio. – Javi corrió a mi lado. – No lo vi venir. Me tenía que haber quedado en la terraza.

– ¿Quién fue?

– El primo de Kristen. – me contestó Tom. Hijo de puta.

– Yo... joder. No esperaba que nada de esto pasará. De verdad.

– Ahórrate las disculpas. Vámonos, Tom. – me levanté de la cama para irnos de allí, pero me tuve que sentar de nuevo del mareo que me dio. – Joder. – me toqué la frente y rápidamente aparté la mano del dolor que sentí. – ¿Qué llevo?

– Un huevo. – dijo riendo Tom. Le miré mal y se mordió el labio borrando la sonrisa. – Perdón. Es que... es... gracioso.

– Gracioso va a ser la resaca que vas a tener mañana. Y por cierto.... da igual. – no merecía la pena gritarle por todo esto, en realidad él no tenía culpa de que el payaso ese me pegara. Pero si la tenia de estar aquí. De todas maneras, no merecía la pena discutir con él en la manera en la que estaba.

– Pffff.... me aburro. ¿Podemos seguir con la fiesta ahora que te has despertado? – dijo Andi, no me sorprendió para nada.

– Vete. De todas formas, no sirves para nada tal como estas. – sin decir más se fue. A este sí que le pondría en su lugar.

Hacía años que no lo veíamos. ¿Y ahora aparece así? Cuando se enteró de la relación de Tom y mía, nos dejó de lado como perros, aunque yo ya hacía tiempo que no sabía nada de él. Así que no me importaba en lo más mínimo que siguiera de fiesta y terminara por los suelos, era su problema.

– Bill, quedaros aquí... es lo mínimo que puedo hacer. Mañana os vais a casa. – por un momento no sabía si de verdad estaba hablando con Javi o con quién. Pero que me ofrezca quedarme después de todo lo que pasó con Kristen...

– Ni en broma me quedo un segundo más en esta casa. Nos vamos ahora mismo. Tom... no me jodas. – se había dormido sobre la cama.

Le desperté, que lo mío me costó, y lo saqué de esa casa como pude abrazándolo por la cintura y él colgándose de mi cuello. Quién me diría que esta noche sería así...

Conseguí sacarle de la casa sin que se comiera el suelo y sin ningún otro problema. Le pregunté por el coche y, después de un rato rascándose la cabeza, se acordó de dónde lo había dejado. Fuimos hasta él, le senté en el asiento de copiloto y hasta el cinturón tuve que abrocharle. Después me subí yo y arranqué hacia casa de Dereck. No tenía más opciones. A casa de mamá no podía llevarle, más que nada por no despertarla y molestarla, además, si viera el huevo que, según Tom, llevaba en la frente, se asustaría. Y a casa, a nuestra casa, no podía por Alex. Así que la mejor opción fue la de Dereck. Ir a su piso.

– Mmm... ¿Dónde me llevas? – le miré y me hizo gracia su expresión. Aunque estuviera borracho y yo me moría de dolor por todos los lados, me gustaba verle relajado después de encontrarlo llorando. Parecía tranquilo.

Mentiras en la red 2 - TWC-RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora