CAPITULO 15 Pesadillas.

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Narrado por Tom.

– Y eso es lo que pasó. – estaba con mamá frente a su casa contándole dentro de mi coche lo sucedido con el tal Damián. Me preguntó, ya que todos habían visto la escenita de mi abrazo a Bill.

– Ese chico no me gusta. Deberíais tener cuidado con Alex. Al menos no dejéis que mi pequeño hable con él. Es muy pronto para explicarle esas cosas al niño.

– Lo sé. Por eso me preocupa. – suspiré cerrando los ojos y dejé que mi cabeza golpeara contra el respaldo del asiento.

Omití el contarle cómo los había encontrado cuando llegué a casa. No sé todavía lo que pensar sobre esa escena.

– Bueno, hijo. Hablamos, ¿sí? – asentí y me dejó un beso en la mejilla.

Después de ver como entraba en casa y cerraba la puerta, arranqué de nuevo y comencé el viaje de vuelta a casa.

De verdad no sabía lo que pensar. Pensaba que había venido por Dereck. Que estaban liados o algo así, pero la forma que tenía de mirar a Bill, borraba ese pensamiento. Y más el haberle visto inclinado hacia Bill de esa manera y la reacción de Bill... ¿Acaso le había besado? ¿Le besó y por eso Bill le golpeó? Tenía muchas dudas, pero Bill me dijo que no lo había tocado.

Tengo miedo y no puedo negarlo. Miedo de que todo se termine. De que mi vida dé un giro, de que todo cambie. De que Bill me deje. ¿Qué pasa si un día se enamora de otra persona y decide que no podemos seguir más con esta historia? ¿Qué pasa si se arrepiente y ve que, para Alex, será difícil aceptar que somos hermanos? Y ahora el tal Damián...

¿Pero por qué quería ponerme nervioso? ¿Por qué buscó jugar de esa manera? Era como si buscara que Alex se enterara para... ¿Era lo que quería? No sé si estoy paranoico, pero creo que es eso. Buscar la manera de que Alex se enterase para así... ¿quedarse con Bill? ¿Era eso? ¿Damián busca a Bill?

Aparqué el coche fuera, ni siquiera tenía ganas de meterlo al garaje. Entré al edificio y después al ascensor. Pulsando el botón de mi planta.

¿Y si a Bill... le gusta? No. No podía pensar en eso.

Abrí la puerta de casa casi chocando con Dereck. Se despidió de mí y se fue para su piso. Bien, al menos por una vez usaba la puerta correcta para hacerlo.

Dejé las llaves en el recibidor y me adentré al salón. No se oía nada, el piso estaba en total silencio. Imaginé que Bill estaba acostando a Alex. Me acerqué a la nevera y cogí una cerveza. Me apoyé en la encimera y comencé a beberla.

Tenía que saber si Damián también había tenido con Bill ese tipo de comentarios. Y también, si es que había intentado alguna vez más... besarle.

– ¿Ya estás aquí? – dijo en voz baja, así que supuse que Alex ya estaba dormido. Asentí viendo como caminaba hacia a mí.

– ¿Ya duerme?

– Hujum. – me abrazó y me peinó el pelo con los dedos. Cerré los ojos por un segundo. Siempre disfrutaba de que hiciera eso.

– Hace buena noche. ¿Te apetece si... hacemos una de nuestras acampadas?

– Seria perfecto. – me dedicó una de esas sonrisas que me traen de cabeza y no pude evitar el besarle.

Nuestras acampadas se habían vuelto frecuentes. Desde esa vez que me preparó la cena en la terraza y dormimos bajo la luna, me gustaba hacerlo. Solo que habíamos subido un poco el nivel. Ahora no lo hacíamos tirados en un par de mantas en el suelo. Teníamos un colchón hinchable y era muy práctico. Solo lo teníamos que sacar de su bolsa, dejarlo en el suelo y, en un par de minutos, él solo se hinchaba.

Mentiras en la red 2 - TWC-RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora