CAPITULO 2 ¿Y si lo es?

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Narrado por Tom.

Me despertó una llamada sonando en el móvil. Estiré la mano a la mesilla y contesté sin abrir los ojos.

– ¿Sí?

– ¡Hola, hijo! – mamá. – ¿Cómo estuvo la noche?

– Pues... – bostecé. – Bien. No sé. ¿Qué querías?

– Pues que son las dos, Tom. Llevo un rato esperando para comer. Hoy comíamos juntos.

– ¡Mierda! Lo siento. Se me olvidó. Danos media hora y estamos allí.

Colgué y volví a estirar el brazo para dejar el móvil en la mesilla. Me giré hacia Bill y le abracé para despertarle.

– Vamos. Nos está esperando mamá.

– Mmm... ¿Qué mamá? – espera, esa voz no era de Bill.

Me aparté de ese cuerpo tan rápido como pude. Casi me caigo de la cama. ¡Me cago en su madre!

– ¡Dereck! ¡¡¿¿Que... qué coño haces tú en mi cama??!!

– ¿Qué? – se incorporó sobre sus codos y se quedó mirándome sobándose los ojos. – ¡Hola!

– Ni hola, ni ostias. ¡Sal de mi cama!

– ¿Qué son esos gritos? – ese si era Bill. Se asomó y, después de observarnos a los dos, empezó a reírse a carcajadas.

– No te rías tanto. Va, cámbiate. Mamá nos espera para comer.

– ¡Joder! – puso cara de fastidio. Cogió ropa y se fue al baño.

Me quedé mirando a Dereck tan feliz durmiendo de nuevo. ¿Y ahora con este muermo qué hacía? Nada. Dejarle dormir. Total...

Cuando salió Bill de la ducha me metí yo. No sé cómo cojones terminamos anoche así. Tan borrachos. No sé los demás, pero yo no me acuerdo de nada. Ni de como llegué a casa. Por lo menos, de lo que recuerdo, me lo pasé bastante bien.

Hoy comíamos con nuestra madre. Lo habíamos hablado así para poder pasar la tarde con ella en su casa. Aparte de que mi regalo para Bill estaba allí. Un par de anillos de oro. Últimamente le había dado por la joyería. Más por anillos que por otra cosa. Espero que le gusten.

– Joder. Llevo un dolor de cabeza... ¿Te acuerdas de algo? – íbamos en mi coche camino a casa de mamá.

– Ya somos dos entonces. Y no. No me acuerdo de mucho, la verdad. Y tampoco sé que cojones hacia Dereck en nuestra cama.

– De eso si me acuerdo. Y fuiste tu quien le dijo que se acostara contigo dejándome a mí en el sofá como un perro. – intentó ponerse serio, pero no podía.

– ¿Sabes? No se te da bien inventar historias. – me miró serio y le aguanté la mirada cuando paré en un semáforo. Como siempre, rompió en carcajadas.

– ¡Vale, vale! Es mentira. No tengo ni idea de cómo paso eso. Solo espero que no le tocaras.

– ¡¡Bill!!

– ¿¿Qué?? – siguió riendo.

No aguantaba ese tipo de bromas, sobre todo las bromas que trataban sobre Dereck y yo. Yo a Dereck le tengo aprecio y le quiero, como amigo. Hasta ahí. Y se cómo acaban estas cosas. Se empieza de broma y luego la broma acaba en lo que no debe. Me lo sé demasiado bien.

Ya en casa de mamá, entramos con nuestras propias llaves. En la mesa vi la caja de mi regalo para Bill, le pedí a mamá que la dejara ahí para que lo viera nada más entrar. Lo que me sorprendió es ver otros dos regalos.

Mentiras en la red 2 - TWC-RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora