CAPITULO 1 Feliz cumpleaños.

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Narrado por Tom.

– ¿Qué más nos falta? ¿Llevamos todo?

– Creo que sí. – le dije. – A no ser que quieras coger algo más. – caminábamos por el supermercado mirando las estanterías, Bill delante con la lista de la compra y yo empujando el carro.

– Mmm... creo que no. Ya está.

– Bien, pues vámonos.

Era uno de septiembre y sábado. Nuestro cumpleaños, así que esta noche lo celebrábamos en casa con los chicos y las chicas.

Georg, después de mucho intentarlo y perseguir a Karla, camarera en el mismo restaurante donde trabajamos, consiguió una cita con ella. Le dijo que conseguiría todo o nada, obviamente jugaba con él, quería salir con él, pero se quiso hacer la difícil. Así que Georg la invitó a un bonito restaurante que daba a la playa. Le compró un ramo de rosas, y después de aquella cena, la acompañó hasta su casa. Se comportó como todo un caballero. Se la ganó, todavía más si podía. Gustav más de lo mismo, pero de la manera más tonta. Pinchó la rueda del coche y se quedó tirado en la carretera y una chica paró a ayudarle. Trabajaba en un taller. Ella se llama Gisel. Desde entonces Gustav va a ese taller y un día se atrevió a invitarla a salir. Desde entonces están juntos. Georg y Karla llevan como seis meses. Gustav y Gisel solo dos. Y Dereck, bueno, Dereck es Dereck. A todos les saca pegas.

Siempre que salimos intentamos liarle con alguien, pero él siempre tiene algo que sacarles. "Es demasiado rubio. Demasiado pelo en pecho. Muy gay. Demasiado gay. Muy bruto..." y un largo etcétera que me llevaría horas nombrar.

Luego estaban Kristen y Mia. Las chicas del grupo. Mia se ha convertido en alguien que tenemos día sí y día también en casa. Es raro si pasan más de tres días sin verla. Bill y ella salen mucho juntos a comprar. Al principio era un poco extraño, pero conforme pasaron los días todos nos acostumbramos a ella. Georg la aguanta, y al decir esto me refiero que soporta tenerla al lado, pero no le dirige la palabra. No quiere ninguna clase de relación con ella. Dice que cuando menos nos lo esperemos, sucederá algo. Solo espero, sinceramente, que no sea así.

Cuando Bill tuvo el accidente del robo hace poco más de diez meses, Kristen tuvo que viajar, pero lo extraño es que no ha vuelto. Dice mi madre que le contó que había encontrado una muy buena oportunidad para abrir allí otra de las galerías de mamá. Así que ese es el motivo por el que ella está allí. Lleva todo lo relacionado con esa agencia. Hablamos casi todos los días con ella mediante Skype, así podemos vernos. Pero la echamos de menos, muchísimo.

Bill y yo hablamos sobre decirle que de nuevo estábamos juntos. No veíamos bien decírselo mediante Skype, pero no había otro modo. Así que en una de esas conversaciones se lo dijo Bill. Ella se lo tomó bien. Dijo que no pasaba nada y que lo entendía y que fuéramos para adelante, que siempre estaría para apoyarnos, pero yo sé que en el fondo le dolía. Kristen estaba pillada por Bill. Y me atrevería a decir desde el primer día que le vio en casa de Javi.

Llegamos a casa. De nuevo en nuestro piso, en nuestro pequeño nido de amor como le gustaba llamarle a Bill. Dejamos la compra en la cocina y metimos todas las botellas en la nevera.

– Voy a revisar el correo. Estoy esperando a ver si me dan el visto bueno para la remodelación de la tienda.

– Vale. Yo mientras preparo algo de cenar.

Saqué algo de verdura de la nevera y corté todo en pequeños trozos. Pensaba hacer un salteado de verduras. Cuando lo tuve todo, cogí una sartén y la puse en el fuego y, cuando iba a ponerme con ello, escuché la llamada entrante de Skype.

Mentiras en la red 2 - TWC-RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora