CAPITULO 32 Navidad.

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Narrado por Tom.

Las Navidades estaban pasando rápido. Dereck nos hizo el contrato para empezar después de estas fechas para poder disfrutar un poco del tiempo juntos, de nuevo, y de todos los eventos que se preparaban en la ciudad para los niños, para poder llevar a Alex. El día de Navidad, nochebuena y Papá Noel fue simplemente genial. Mamá vino a comer y cenar con nosotros, así que estuvimos los tres y Dereck. Las iba a pasar solo, así que le invitamos, aparte de que estábamos agradecidos por todo lo que estaba haciendo, no íbamos a dejarle solo.

Los chicos nos dijeron de salir en noche vieja a celebrarlo todos juntos, pero claro, ellos no tienen un niño, así que nosotros no iríamos, preferíamos cenar con Álex, en familia y después ya acudiríamos a cualquier discoteca. Hablé con mamá y con Bill para preguntarles si no les importaba que invitara a Anais a pasar la noche con nosotros, sabía que ella no tenía familia aquí y que estaba pasando las navidades sola, además, no nos habíamos vuelto a ver desde que Bill y yo volvimos, así que me parecía una buena idea.

Respecto a los chicos, bueno, con Gustav no tenía problemas, le metí la bronca del siglo por lo del cumpleaños, pero seguíamos en contacto, con Georg fue un poco más difícil. Pero, aun así, una tarde quedamos a tomar algo y hablar del tema. Era un buen amigo, de años, y si volvía al restaurante quería hacerlo sin problemas y más al hacerlo ahora de jefe. Entendía su postura y que estuviera enfadado conmigo, pero si Bill me entendía y él me había perdonado, era un poco surrealista que Georg me siguiera teniendo en filo. Así que bueno, arreglamos las cosas. Lo que sí me dijo, y lo dijo enserio, es que, si volvía a hacer algo parecido, me buscaría para romperme la cara. Y no dudo de que, si fuera así de nuevo, lo haría. Pero estaba más seguro que nunca así que, de momento no temía por eso.

Estábamos en casa de mamá. Bill y ella estaban en la cocina terminando de preparar la cena mientras yo y mi pequeño poníamos la mesa.

– No, Alex. Mira como lo pongo yo. ¿Ves? Los cubiertos al lado del plato.

– ¿Así?

– Eso es. – le sonreí. Últimamente le daba por meter los cubiertos en los vasos. No sé dónde había visto eso.

En ese momento tocaron al timbre, así que fui a abrir. Sería Anais, es la única que faltaba.

– ¡Yo voy! – avisé. Abrí la puerta con una sonrisa, de verdad tenía ganas de verla. Y tenía ganas de que conociera a Alex.

Pero la sonrisa se me fue tan pronto vi quién era. Un escalofrío me recorrió por todo el cuerpo, un frío, un... No lo sé. Solo sé que debía estar blanco como la leche. No sabía que hacer, ni qué decir. Automáticamente cerré la puerta en sus narices, dejándola en la calle. ¿Qué hacía ella aquí?

– ¿Quién era? – giré para ver a Bill, estaba sonriendo limpiándose las manos en un trapo. – ¿Tom? ¿Qué te pasa? ¿Quién era? – miré a Alex tan contento jugando con Pumba. No. De nuevo problemas, no. – ¿Qué pasa? Me estas asustando. – el timbre volvió a sonar.

– Kristen.

La cara de Bill se descompuso como la mía. Se quedó de piedra, parado, mirándome. No se lo creía, pero mi comportamiento le decía que no estaba mintiendo ni mucho menos jugando.

– Alex. Ves a la cocina con la abuela, dile que... que quieres ayudarle con la cena. – cogí el brazo de Bill, supongo que buscando un punto de apoyo o dárselo yo a él. No lo sé, no podía pensar en nada.

– ¡¡Vale!! – Alex salió corriendo. El timbre volvió a sonar.

– Abre. – fue lo único que dijo Bill. Le miré, parecía más tranquilo o eso quería aparentar.

Mentiras en la red 2 - TWC-RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora