CAPITULO 26 Huyendo de todo.

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Narrado por Tom.

– ¡Hola!

– ¡Hola!

– ¿Quién era? – le pregunté al ver su teléfono en la mano cuando entró a la cocina. Yo estaba dejando las bolsas con la compra encima de la mesa.

– Am... Se han equivocado. – le miré y me sonrió. Esperaba que fuera Bill, la verdad, no me había contestado siquiera al mensaje que le mande por la mañana.

– He comprado la salsa que tanto te gusta. – empecé a sacar la compra. – Algo de verdura. Fruta. Café, que he visto que no quedaba. Tus... pañales...

– ¡¡Oye!! – me reí, se acercó y me arrancó el paquete de la mano. – Son compresas, gracioso. Pañales llevará tu madre. Y... ¿por qué me has comprado? – dijo frunciendo el ceño.

– He mirado en el armario del baño y no he visto así que... ¡Qué más da, Anais! No me vas a decir que te da vergüenza.

– No, pero... Olvídalo. – me reí negando con la cabeza. La verdad, no pensaba comprarlas, pero lo hice solo por reírme de su cara. – Oye, ¿cómo estás?

– ¿A qué te refieres? ¿No me ves?

– Sabes a lo que me refiero. No me has dicho por qué no dormiste en casa. ¿Has pasado la noche con Bill?

– Sí, dormí con él. Pero no paso nada, si es lo que quieres saber. – dejé la compra y me apoyé en la encimera. – Me llamó a las cinco de la mañana.

– ¿Pasó algo?

– Sí. Que le arrastraron prácticamente a celebrar nuestro cumpleaños y agarró una buena. Me llamó borracho perdido, diciéndome que me echaba de menos y ... todo eso.

– ¿Y decidiste ir con él? ¿A celebrar vuestro cumpleaños?

– No. Lo que pasa es que conozco demasiado a mis amigos y ellos van a lo suyo, y bueno...

– No querías que Bill estuviera borracho por ahí perdido, ¿no? – asentí.

– Y menos mal que fui. Lo encontré con un tío encima, aprovechándose.

– ¿No jodas?

– Como oyes... Y estaba solo. Tengo que llamar a Gustav para darles las gracias por eso. Payasos... No sé en qué pensaban dejándolo solo.

– Bueno, pero no paso nada.

– Pero podía haber pasado. – me empecé a poner nervioso. – Mierda.

– Tom. Ya está, no te tortures pensando en lo que podía haber pasado, no pasó nada y tu estuviste ahí.

– Si, por suerte. Solo dormimos juntos porque él me lo pidió, pensaba dejarle en la cama y volver aquí. Pero no pude.

– ¡Dios, hablar y terminar con esto! No he vivido esa historia, pero con lo que me contaste, me puedo hacer una idea. Tom, no seas gilipollas. Si dejáis que pase el tiempo... ¿Quién sabe si puede aparecer alguien en su vida? O en la tuya.

– ¿¿Qué?? – en eso no había pensado.

– Pues eso. Dejaros de tonterías. Yo ya te dije mi opinión respecto a lo de Alex. Tómala o déjala, pero...

– Lo sé. Lo sé. Solo... necesito un poco más de tiempo para pensar en todo.

Quería volver con Bill, claro que quería, y anoche lo tuve más que claro. Me hacía falta, había echado tanto de menos acostarme en una cama con él, su tacto, su mirada, sus labios...

No hicimos nada más que ese corto beso que, bueno, espero que captara todo lo que quería decirle con él. Le amo. Le amo demasiado como para pasar un día más lejos de él, pero... joder, estaba Alex y el tema de siempre.

Mentiras en la red 2 - TWC-RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora