32| Bloqueo

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Haley

Los ojos de Hannah relucieron perversos cuando los fijó en mí e hice un esfuerzo por mantenerme tranquila, aunque sentía mis entrañas retorcerse en mi interior.

—¿Eres su ex? Qué curioso, no lo sabía. Nunca me habló de ti—dije jovial.

Atrapé cómo su sonrisa flaqueó. Una sensación de triunfo se hizo presente.

—Lo entiendo, es un caballero. No habrá querido ponerte celosa—sus pálidos ojos azules brillaron con maldad y tensé la mandíbula, negándome a mostrar cualquier otra emoción.

—Déjala tranquila, Hannah—intervino Daxen, calmado y con las manos en sus bolsillos, ajeno al ambiente hostil que había entre nosotras—. Yo no la molestaría si fuera tú. Es peligrosa.

—No la estoy molestando—soltó una risita—. Me da la impresión de que tenemos una personalidad similar. —Elevó su rostro hacia su ex y sonrió coqueta—. Aún las consigues parecidas a mí.

Tuve que luchar para no hacer una mueca de repulsión tras ese comentario. Antes muerta que parecerme a ella.

Él la miró serio, aunque atrapé la risa que bailaba en sus labios.

—No se parecen en nada—dijo sin más—. ¿Cuándo regresaste? Pensé que trabajabas en Nueva York.

—Solo estoy de visita, pero podría quedarme si tengo una buena razón para hacerlo—se giró hacia él, como si yo no estuviera aquí y mi estómago ardió más.

«No me importa, no me importa, no me importa» repetí como un mantra, pero no estaba haciendo efecto.

—Te deseo suerte, quizá encuentres esa razón para quedarte como que yo encontré la mía. —Daxen se enderezó y caminó hasta ponerse a mi lado. La seguridad de su voz se quedó anclada a mis huesos y provocó una corriente que viajó por toda mi piel, erizándola.

—Qué lindo. —Hannah se llevó la mano a su pecho y no me creí su expresión soñadora—. ¿No es romántico?

—Algunas veces—bromeé. Me dio un apretón a modo de reprimenda.

—Conmigo lo era—contestó y sus palabras cayeron sobre mi estómago como piedras—. ¿Recuerdas el brazalete que me obsequiaste? —Levantó su brazo y lo mostró, todavía en su muñeca—. Nunca me lo he quitado.

Solté la mano de Daxen e inspiré para mantener el control, aunque mi estómago ardía como si tuviera gastritis. Sabía de la existencia de Hannah, pero no porque él lo hubiera puesto en el informe que le pedí antes de iniciar esto, sino porque lo investigué por mis propios medios. Si ella era solo una ex y no representaba nada en su vida, ¿por qué omitió poner su nombre en el informe? ¿Por qué ocultarlo? Y si me ocultó algo así, ¿qué más escondía?

«Eres una idiota» pensé con agriedad, al darme cuenta de que estaba bajando las defensas con el enemigo cuando era obvio que solo me acechaba esperando una oportunidad para destruirme.

—Es muy bonito—dije con voz tensa.

—Sí, ¿tú no tienes uno? —emulaba un tono jovial, pero sabía que solo quería molestarme.

—No, ¿para qué necesitaría un objeto que me recuerde a Daxen si lo tengo a él? —Levanté la barbilla cuando me fulminó con los ojos.

Fue un comentario directo y cruel, pero estaba enojada. Conmigo, con Westler, con ella. Solo quería que se fuera.

Encuadró los hombros y su semblante se ensombreció.

—Cierto, tienes toda la razón—dio un paso hacia atrás y fijó sus ojos en mi compañero—. Me dio gusto verte, espero que volvamos a coincidir.

Irresistible Acierto [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora