Irresistible Acierto [+18]

43| Encrucijada

Daxen

Mi corazón dio un vuelco en el momento en que lo dijo, y por un instante, creí haber escuchado mal, hasta que la expresión de resentimiento e ira en su rostro me confirmó que no me había vuelto loco.

—¿Qué? ¿Qué dijiste?

Los ojos de Ciara se anegaron en lágrimas.

—Evelyn era mi hermana—repitió—. Y Dalia era mi madre.

La contemplé en silencio, tratando de asimilarlo, pero caí en cuenta de que no importaba cuántas veces lo repitiera, no me haría a la idea. Además, algo no cuadraba. Si se suponía que eran hermanas, entonces por qué...

—Hogg. El apellido de Eveleyn era Hogg. Ese no es tu apellido—apunté—. Si estás haciendo esto para engañarme y justificar tus medios, te irá peor.

—Porque no teníamos el mismo padre—comenzó a explicar con acidez, como si decir las palabras le doliera—. Dalia me tuvo a lo diecisiete. Era demasiado joven, así que sus padres se hicieron cargo de mí. Me registraron como una Williams, como si fuera su hermana y no su hija.

Ciara se cruzó de brazos y siguió hablando.

—Mi madre se casó con alguien más luego de un tiempo, Astor Hogg. Tomó su apellido y poco después tuvieron a Evelyn. Por lo que sé, Astor nunca se enteró de que Dalia tuviera otra hija. Para él, yo era la hermana de Dalia, no de Evelyn—hizo una mueca—. Yo sabía la verdad, mis abuelos nunca me la ocultaron, yo también era su hija, no importaba cuánto me negara.

—¿Evelyn lo sabía?

Sonrió con pesar y se limpió una lágrima rebelde que cayó por su mejilla.

—Era una chica lista. Yo no tuve que decírselo, ella misma se dio cuenta. Éramos más parecidas de lo que te imaginas.

—Evelyn nunca te mencionó.

—Tiene sentido. Cuando ella murió, hacía poco más de un año que se había enterado de nuestra verdadera relación. Siempre fui buena con ella, y ella siempre fue buena conmigo. Evelyn fue una hermana para mí, incluso antes de saber la verdad, y Dalia...bueno, supongo que comenzó a acercarse luego de que su hija la confrontara sobre su pasado. Nunca fue una buena madre conmigo, pero comenzaba a ser diferente, cuando todo se descubrió.

Se limpió otra lágrima y su mandíbula tembló.

—Era feliz. Finalmente comenzaba a tener una familia: una madre, una hermana. Ya no estaría sola—fijó su vista en mí y el dolor que los llenaba era casi palpable— ¿Cómo crees que me sentí cuando me lo arrebataron? ¿Cuando Ian me lo arrebató?

Bajé la cabeza y miré mis zapatos. Sabía lo que significaba crecer solo, y, peor aún, sabía lo que era estar solo. De alguna forma, entendía a Ciara y el porqué de su dolor: cuando tienes una vida solitaria, lo que más anhelas es compañía, y cuando ésta se hace cenizas en sus manos...

—Evelyn era muy joven cuando murió y estaba embarazada. Embarazada de ese imbécil del que siempre le pedí que se alejara—dijo con pesar—. Pero las mujeres enamoradas somos estúpidas.

—Tú supiste desde un principio que yo no era el culpable—estreché los ojos con recelo—. ¿Entonces por qué te acercaste a mí fingiendo no saberlo? ¿Por qué no me dijiste quién eras en realidad? ¿Por qué te acercaste a mí diciendo que hacías todo esto para vengarte de la muerte de un amigo?

Levantó el mentón y me miró impertérrita.

—Porque era verdad, hasta cierto punto. Josh Crakehall quién era yo y cuál era mi verdadera relación con Dalia y Evelyn. Es un hombre precavido, le reconozco eso, pero no es inteligente. Mi amigo Daniel y yo recabamos información de los Crakehall poco después de la muerte de Evelyn.