Haley
June jugó con la pajilla de su frappé mientras me miraba como si hubiera perdido el juicio. Tal vez en verdad lo había perdido y ya estaba más allá de la cura de la demencia.
Hizo el ademán de hablar, pero volvió a cerrar la boca y suspiré con exasperación. Me estaba matando con la incertidumbre. Necesitaba que alguien me dijera que no estaba loca.
Paseé la vista por el restaurante del club donde jugamos tenis para ganar tiempo mientras mi amiga terminaba de torturarme psicológicamente. Cuando dejó su teatro, clavó su mirada en mí.
—¿Recuerdas en qué trabaja mi madre? —preguntó y fruncí el ceño.
—Sí, tiene un imperio de diamantes. ¿Eso qué tiene que ver con lo que te acabo de contar?
Se inclinó más en la mesa y sus ojos oscuros me atravesaron como lanzas.
—Ella conoce de diamantes, y siempre dice esto: «muchos diamantes son engañosos. Los que parecen más brillantes a veces son los más defectuosos»—dijo con tono solemne y asentí con lentitud, tratando de relacionarlo con mi situación, pero no lo logré.
—¿Eso qué tiene que ver conmigo?
—¡Todo! —Elevó la voz una octava. —Pareces brillante, pero a veces creo que tienes un defecto en la cabeza. Me preocupas.
La miré ofendida un instante y me eché a reír después.
—Eres una idiota—acoté sin perder el buen humor, y di un sorbo a mi café—. Lo que hice no estuvo bien, y me sentí mal el resto de la noche.
—Estoy segura de que él se sintió peor—apuntó e hice una mueca. El nudo de la culpa se apretó—. ¿Hace cuánto que no hablan?
—Cuatro días.
June emitió un jadeo de impresión.
—Entonces está enojado.
—¿Enojado? Conociéndolo, estará furioso—remarqué.
—Y no lo culpo. ¿Él te declara su amor y tú le dices que te tirarás a otro? —enarcó ambas cejas—. Eso es cruel, incluso para ti.
—No le dije que me tiraría a otro, lo insinué—rebatí.
—¡Igual es malvado!
—¡Él hizo lo mismo al aceptar salir con otra!
June me miró con exasperación. El nudo de culpa que había sentido desde la última vez que nos vimos se tensó tanto que se volvió insoportable y una fea sensación de arrepentimiento se instaló en mi estómago.
No fue mi movimiento más inteligente, estaba consciente de ello, y me sentía molesta conmigo por dejarme conducir por mis emociones de ira y resentimiento antes que pensar con la cabeza. No solía ser así. No era una persona impulsiva, pensaba las cosas antes de hacerlas, meditaba cada paso que daba para no cagarla como lo hice al confiar en Ian tan ciegamente, pero cuando se trataba de Daxen...
Todo era demasiado intenso y confuso. Los bordes de la racionalidad se perdían con los de las emociones y, cuando tenía que ver con él o estábamos juntos, no sabía si pensaba con la cabeza o con el corazón. Era aterrador, sobrecogedor incluso, el poder que ejercía sobre mis sentimientos.
Era como si pudiera desentrañarlos con sus malditas manos para sacarlos de mi interior de una forma explosiva, visceral, como si estuvieran latentes y en carne viva en el exterior, completamente expuestos.
Estar con él era como el hielo luchando contra el fuego: estaba ahí, ardiente e intenso, y poco a poco derretía la armadura fría que rodeaba mi corazón para concederle un lugar dentro.

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Irresistible Acierto [+18]
RomantizmLa nueva generación de los Colbourn McCartney está aquí. La hija menor de Leah McCartney y Alexander Colbourn llegaron para enamorarnos. ¿Te atreves a sumergirte en su historia? Deseosa por probar el dulzor de la venganza, Haley acude a la única pe...