Capítulo 2 Esa noche...

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Lia

— ¡Manos arriba! ¡Es la policía! ¡No se muevan! Señorita ¿Se encuentra bien?

— ¿Le parece que estoy bien oficial? — pequeñas pinceladas de sarcasmo salen a relucir a través de mi pregunta— tengo la casa hecha un desastre, la alfombra es cara y tiene sangre por todas partes, esta noche prometía ser la más caliente de la semana, pero termino siendo un fiasco, por no hablar de los tres cadáveres en la sala, y desde ya aclaro que no tengo ni la más remota idea de quienes son.

—¿Tres? — pregunta el oficial asimilando toda la información mientras le busca la tercera pata o mejor dicho el tercer cuerpo.

Me aparto y con un ademan le ofrezco el panorama completo de lo que consideraba hasta hace unos minutos la sala de mi casa y no una escena del crimen.

Los ojos del hombre se abren como platos seguidos de un:

— Pero Señorita Watson ... ¿Qué ha pasado aquí?

Tardo aproximadamente 15 minutos en explicarle al oficial mis planes para el viernes en la noche, como por poco termino matando a alguien, que resultó ser mi ex novio, el cual había caído en desgracia desde que lo dejé. Entonces lo rescaté y a partir de ahí le conté algo parecido a la versión que le dije al médico y finalicé con lo que yo creía que era un robo a punta de pistola. Un poco de drama nunca está de más a la hora de cerrar una historia.

— Señorita Watson... temo que tendrá que acompañarme a la estación para dar declaración— concluye luego de oír toda la historia.

No esperaba menos, tres muertos, un desaparecido y una historia sacada de netflix, con romance incluido, esto solo se puede digerir luego de 4 rondas de cerveza y una de tequila.

—Estoy dispuesta a colaborar en todo lo que usted requiera oficial, a cambio necesito que no le comunique a mi familia lo ocurrido esta noche.

El uniformado enarca una ceja y su recelo antes aplacado vuelve a hacer acto de presencia, con una pose de: mi importa una mierda tu situación familiar.

La conversación toma un rumbo que no me agrada, así que pongo en marcha el plan B.

—Verá oficial es que tengo una familia muy religiosa, imagínese, mi padre es un párroco muy respetado en su comunidad, mis hermanos monaguillos y mi madre es toda una santa — mi icónica justificación era tan cierta como el novio que me había inventado minutos atrás.

Lo único que es parcialmente cierto en mi declaración es la referencia a mi madre como una santa, porque tanto mi padre, como mis hermanos tienen suficientes muertos como para llenar un cementerio.

¡Dios, qué bien hice en independizarse!

—Bien señorita Watson, es hora de venir con nosotros— comenta el uniformado haciendo clic y guardando su libreta de apuntes.

—Espere ¿Y mi casa?

—Se quedará bajo vigilancia policial— espeta.

—O sea que no puedo reparar nada ¿Ni siquiera la puerta?

—No hasta que terminemos de recoger toda la evidencia necesaria para el caso.

— ¿Y eso cuánto tardaría? - inquiero.

—El tiempo que deba tardar señorita Watson— responde cortante con una expresión de mírame y no me toques las pelotas.

—Vale— asiento con tono derrotista— al menos puedo coger un abrigo

—Señorita Watson—increpa exasperado quitándose la gorra y pasándose la mano por la cara.

Tiene las mismas ganas de estar de servicio, que yo de ir a la estación a pasar frío, sin haber cenado.

¿En que lio me he metido? #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora