Atención, este capitulo esta dividido en dos partes así que si les sale este primero retrocedan.
Lia
Más de mil vueltas en la cama para llegar al mismo punto de partida o peor. Cómo era de esperar, Vladímir estuvo demasiado ocupado para pasarse a explicar las reglas que debía seguir durante mi encierro. Tocaba esperar el desarrollo de los acontecimientos y según se comportará, decidiría si mostrar mi carta ganadora ahora o dejarla para un momento más oportuno.
A solo horas de haber conciliado el sueño, entra el servicio tan puntual como supuse que sería. De una forma silenciosa y casi queriendo pasar desapercibida, la misma chica de ayer se limita a servir el desayuno y a organizar par de cosas antes de irse.
Hambrienta, me levanto a comer algo rezando a todo lo que existe para que al menos esta comida permanezca el tiempo suficiente en mi estómago como para iniciar la digestión. Lamentablemente, parece que mi estómago tiene otros planes, así que termino en el baño devolviendo todo lo que ingerí y puede que más.
Tomo nota mental de asistir a la consulta apenas tenga noticias de caramelito.
Con dolor, llamo al ama de llaves para que se lleve la comida, ya que de solo olerla se me revuelve el estómago. Apenada le pido un té y algo de fruta para dentro de una hora, suponiendo que en una hora acaben mis problemas de digestión, aunque esos no son los únicos de los que debería preocuparme, y el hecho de tener a Vladímir sentado frente a mí con cara de fastidio es todo lo que necesito para convertirlo en mi persona favorita.
—Mostrar amabilidad no te encoge las bolas y saludar con una sonrisa no te volverá impotente.
—Sucede que no se me da muy bien tratar con princesas consentidas.
—Y a mí con gilipollas machistas, pero hagamos un esfuerzo y llevémonos bien.
—¿Qué diablos le habrá visto? — susurra en ruso, como si no pudiera escucharlo— ¿Está disfrutando su estancia, majestad? La servidumbre me ha referido que no quiso desayunar — es imposible pasar por alto tal desborde de sarcasmo.
—Todo en orden plebeyo— primero muerta antes que admitir un ápice de debilidad ante el idiota de Vladímir y más cuándo planeaba chantajearlo.
—Entonces vayamos al grano Anastasia.
—Mi nombre es Liana.
—Si, si como digas Alexandra, verás las reglas son claras, nada de charlas con el personal, no saldrás de la casa sin permiso, solo tienes permitido ir a las áreas comunes, y evita los problemas, de esa forma será más fácil mantenerte a salvo, fuera de eso, si necesitas algo extra dímelo y veré que puedo hacer ¿Dudas?
—Quiero traer a mis amigas— necesitaba protegerlas y pedirles ayuda para encontrar a Alexander.
—Quinta regla muñequita, esto no es un hotel— respondió tajante.
— Siento el malentendido, pero es que presencié una cosa ayer y de ahí la equivocación.
Saco mi teléfono con el vídeo ya preparado y lo reproduzco en el momento más sugerente.
La cara de Vladímir no tiene precio, la ira es la única emoción que se permite demostrar, aunque no sé si es por no haberse dado cuenta, o por mi triste intento de chantaje.
—Las traeré, pero antes borra el vídeo, ella no pertenece a este mundo.
—Mis amigas tampoco.
— ¿Serias capaz de hacerle daño a una persona inocente?
—Pues según vi ayer no me pareció tan inocente como dices.
—Borra el video o las tendrás a cada una de ellas con una bala en la cabeza.
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¿En que lio me he metido? #PGP2024
AçãoMi nombre es Liana Watson, pero todos me dicen Lia, Lia de liar y no en el sentido más caliente de la palabra, sino del liar que es sinónimo de pescar problemas de gratis. Gracias a esa fama, me convertí en toda una maestra a la hora de encontrar c...