ᴾᵃʳᵗᵉ ˢᵉᵍᵘⁿᵈᵃ, ᶜᵃᵖíᵗᵘˡᵒ ᴰᵒᶜᵉᵃᵛᵒ.

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El sonido resonó a través del aire cuando la cuchilla impactó contra el árbol

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El sonido resonó a través del aire cuando la cuchilla impactó contra el árbol. Aunque no era un gigante entre los árboles, y ciertamente no poseía la imponencia de un pino, el árbol frente a la residencia Nara parecía resistir cualquier golpe con su robusto cuerpo de madera. Se mecía con gracia al compás de la brisa del atardecer, como si se enorgulleciera de su resistencia. Sin embargo, para Shikamaru, ese orgullo era motivo de decepción.

Aunque su chakra no tenía la naturaleza del viento, esperaba al menos causarle una herida considerable al árbol. Si lanzaba la cuchilla desde el aire, o desde cualquier otra posición, el arma, heredada de su maestro, debería clavarse profundamente en el tronco.

Shikamaru había pasado horas repitiendo el proceso una y otra vez, escuchando el sonido repetitivo de "TOK" o el ocasional suspiro de frustración.

Alrededor del País del Fuego, la vegetación era variada, predominando el verde en todas sus formas. Sin embargo, había pocas áreas con flores y árboles verdaderamente singulares. Algunos especulaban que en el futuro, aquellos sin experiencia en el uso del chakra podrían mejorar sus habilidades básicas mediante el uso de ciertas plantas medicinales. Sin embargo, esta teoría era tratada con precaución por Tsunade-sama.

Para Shikamaru, el tema de los árboles era de particular interés, y dedicaba tiempo a estudiar su resistencia y las formas en que el chakra interactuaba con ellos.

¿Qué pasaría si el enemigo optara por atacar desde un punto ciego? Shikamaru tendría que confiar en sí mismo, adaptarse, y actuar con rapidez. Esto significaba que su fuerza debía ser suficiente para clavar la cuchilla con fuerza y precisión, hundiéndola profundamente para que el viento no pudiera moverla.

Pasaron los minutos, y Shikamaru decidió cambiar su enfoque de entrenamiento. En lugar de lanzar la cuchilla, decidió ejercitar su propio chakra. Desde aquel fatídico día que dejó a Konoha patas arriba, había estado poniendo a prueba sus habilidades. Aunque su venganza había sido pospuesta, estaba decidido a llevarla a cabo, aunque ni siquiera él estaba seguro de por qué.

Ir a enfrentarse al enemigo sin estudiarlo sería un suicidio. Por eso, aunque no tenía misiones, seguía trabajando. Tsunade-sama lo había designado como uno de los vigías encargados de proteger las puertas secundarias de la aldea. No era el líder del equipo, pero su historial lo había llevado a ser reconocido, algo que ahora le resultaba contraproducente.

Lo que quería hacer requería pasar desapercibido. No podía arriesgar la seguridad de la aldea. Por eso, había puesto en pausa sus visitas a la biblioteca y sus partidas de shōgi. Su chakra fluía a través de sus brazos, muñecas y dedos, acoplándose al metal de la cuchilla. Hace apenas unos días, esto habría sido imposible para él. Nunca fue experto en combate cuerpo a cuerpo, y su sombra paralizante solía ser suficiente.

Pensar de esa manera fue lo que llevó a Asuma a la muerte. Shikamaru no estaba dispuesto a conformarse con las costumbres simples; necesitaba explorar diversas opciones, ser autosuficiente y aventurarse en escenarios inexplorados pero funcionales.

- BORUTO & NARUTO: 𝐋𝐨 𝐐𝐮𝐞 𝐀𝐥𝐠ú𝐧 𝐃í𝐚 𝐒𝐞𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 | Viaje Al PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora