ᴾᵃʳᵗᵉ ᵀᵉʳᶜᵉʳᵃ, ᶜᵃᵖíᵗᵘˡᵒ ᴰᵉᶜⁱᵐᵒᵗᵉʳᶜᵉʳᵒ.

40 1 0
                                    

—         ¡¿Qué Ocurre?!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡¿Qué Ocurre?!

— Ay no... Esto no puede estar pasando.

Mientras que dos enfermeras murmuraban sus miedos detrás de un muro, el resto del equipo médico corría por los pasillos del Hospital con las camillas y sus respectivos pacientes. Una mujer con una voz casi ronca, pero fuerte, era la de más rango en el lugar actualmente.

— ¡Evacúen a los pacientes Inmediatamente! ¡Aléjenlos lo más posible de este piso! — Pregonó la Mujer. Los que pasaban a su lado con Rapidez, eran apurados por sus órdenes Alarmantes. Su expresión era alterada, y buscaba con la mirada a todo aquel que estuviera estancado. — ¡No pierdan más tiempo! ¡Este piso ya no es seguro! ¡Lleven a los pacientes a los pisos inferiores y esperen las órdenes de los Ninjas!

Sus años en el campo le enseñaron lo que era trabajar bajo presión. Pero ese actuar solo se utilizaba en las situaciones MÉDICAS. Dónde un paciente estuviera en peligro y su salvación quedara en manos del Médico a cargo. Sin embargo, la situación en esta ocasión era todavía más arriesgada, ajena a algo que ella pudo haber imaginado.

Hierro salió disparado de la Habitación del Genin sin nombre. A su vez, todo ese piso fue inundado de hierro, y todos el equipo médico y pacientes, estaban atrapados en su interior.

¿Hierro? ¿Ese Hierro?

La única persona que era capaz de utilizar una habilidad parecida, era el actual Kazekage, Gaara. Pero él manipulaba la Arena, a diferencia de un Kazekage anterior, que manipulaba el Hierro. Esa técnica no se vio más nunca desde su desaparición y confirmado deceso, ni siquiera teniendo al mismo Gaara como Kazekage.

Controlar el Hierro era algo único y especial. No era una cosa Escasa, sino IMPOSIBLE. Nunca antes existió alguien que pudiera demostrar su igualdad con el Kazekage desaparecido. Los únicos en la tierra del viento que podían manipular el Mineral, provenían de la familia Kage de la Aldea de La Arena.

Qué ese Muchacho tuviera tal cosa bajo su control, era de temer, y ella lo sabía. El hierro no era como la Arena. Era verdaderamente peligroso. El tan solo acto de dejarse atrapar y apachurrarse, podría provocar la muerte de distintas formas. Ese material era Mortal, y quién lo logre manipular, tendrá muchas maneras distintas de llevar a cavo una masacre si se lo propone.

Por eso estaba aquí, evacuando a todos los que podían. Hombres y Mujeres ayudaban a los más ancianos a movilizarse, así como a los que directamente no estaban conscientes y no les quedaba otra opción que evacuarlos con ellos postrados en sus camas.

La fémina correteaba por los pasillos, en busca de que sus órdenes llegasen a los oídos de todos, y que ninguna vida se perdiera o se quedase atrás como las personas del piso superior.

— ¡Rápido, dejen atrás cualquier peso innecesario! — Gritó. Hacía la Utilización de sus brazos para nadar entre el tumulto de Gente. — ¡Piensen sólo en los pacientes! ¡No podemos-

- BORUTO & NARUTO: 𝐋𝐨 𝐐𝐮𝐞 𝐀𝐥𝐠ú𝐧 𝐃í𝐚 𝐒𝐞𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 | Viaje Al PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora