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Estaba lloviendo

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Estaba lloviendo. Alexia caminaba envuelta en una chaqueta impermeable y una buena capucha en dirección al edificio. Todavía no estaba del todo segura sobre el plan de acción, quería pensar que saldría bien, pero no había podido asegurarse todo lo que le hubiera gustado. Todo había sido decidido con mucha rapidez, antes de que él se marchara.

En el salón de su casa, más relajada después de haber sido informada de que no abandonaría NOVA, Irene había recibido la grata noticia de que tenían la oportunidad de conseguir una prueba que involucraría directa e inequívocamente a Luis Rubiales en el cobro de una comisión que lo mandaría directamente a la cárcel. Había dispuesto todos los preparativos para realizar un anuncio desde todos los canales de difusión con mucho optimismo.

Aleix Bosch se había perdido en llamadas durante toda la tarde, huyendo de todos los oídos curiosos y evitando verse obligado a ayudar en la limpieza de la casa de la madre de las hermanas Putellas.

En cierto modo, Alexia agradeció no tener que ver la sonrisa de superioridad con la que la miraba desde que había vuelto a entrar en la casa mientras pintaba la pared. Aunque había aceptado y estaba al corriente de la posibilidad de terminar con la detención del presidente antes del final del día, la exfutbolista no se mostraba tan optimista como sus compañeros. Se trataba de una posibilidad en la que querían pensar en positivo, pues no tenían nada que perder; pero Alexia temía la ira que podía derivar de la amenaza de aquel anuncio, como una rebeldía más después de las amenazas que había estado recibiendo. Habían ido a por Eli y a por Elena, nada les impediría ir a por alguna otra persona de su entorno como reprimenda.

Por ello, y sólo confiando en Ana María Crnogorčević, Alexia se había desplazado hasta Las Rozas, conocedora de que Luis Rubiales se encontraba en el interior del edificio de oficinas.

La suiza le debía una, pues aún lamentaba el encuentro que habían tenido en el evento internacional de NOVA. Alexia había acordado darle el tiempo que Ana-Mari pedía para enfrentarse a la situación con Neus, que continuaba ajena a lo que había pasado entre Xénia y su prometida. Accedió sin demasiada insistencia, motivada por seguir a la que había sido su capitana en una misión para hacer justicia.

Alexia Putellas confirmó sus sospechas cuando una llamada de Vicky Losada le confirmó que la grabación no había sido conseguida y que el anuncio sería cubierto con el desvelamiento de los nombres que integran NOVA, algo que el departamento de prensa planteaba hacer de todas maneras.

Disponía de apenas una hora para intervenir, si es que todavía quería tomarse la justicia por su mano, el tiempo que tardaría en hacerse el anuncio. Podía imaginarse al presidente caminando sin rumbo en su despacho, en una de las oficinas con la luz encendida y que se traducía en una ventana iluminada. Podía verlo maldiciendo a cualquiera que tratara de darle una palabra de aliento mientras rememoraba cada uno de los crímenes que había cometido en su mandato y que podían quedar expuestos en los próximos momentos.  La idea de saber que en treinta minutos toda esa tensión se convertiría en alivio, en una victoria, le hacía hervir la sangre.

Volver a casa || Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora