CAPITULO V: Flashbacks: La iglesia.

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[Anya]

-¡Abre la puta puerta, Freddy!-Me quejo agobiadisima por la situación.

-Conway me lo ha prohibido.

-¡¿Y desde cuándo haces lo que Conway dice?!-Pregunto con lágrimas en los ojos. Respiro hondo.-Freddy, Freddy por favor abre la puta puerta.

-No.-Suelta sin mirarme. Mirando al frente.

No pienso quedarme en esta puta furgoneta con Freddy sabiendo que Horacio, Conway y Gustabo o... Pogo están en esa iglesia, solos. El padre Cristo pasa a nuestro lado con su coche de ricachón y da una última mirada hacia nuestra dirección.

Vuelvo a intentar abrir la puerta de la furgoneta pero sigue cerrada.

-Pienso romper el cristal como no me abras.

-Intentalo. Es contra disparos.

-¡Me cago en...! -Me quejo pasando mis manos por mi rostro y mi pelo.

-Tranquila que todo saldrá bien.

-¿Todo saldrá bien?¡¿Que te lo asegura, eh?! ¡No es Gustabo! ¡No está en sus cabales! ¿Y si muere? ¡Tenía muchas heridas! ¿Y si muere desangrado y no he podido despedirme?

-Todo saldrá bien.- Repite.

-Lo dices para tranquilizarme pero no lo estás consiguiendo. -Me quejo mirándolo.

Este sigue sin mirarme. Intento ver las posibilidades que tengo para salir de esta furgoneta sin la ayuda de Freddy. Bien, no puedo romper el cristal pero podría intentar darle rápido al botón y poder abrir la puerta.

-No lo intentes.-Dice Freddy tan tranquilo.

-¿El que?

-Algo estás pensando porque te has quedado en silencio.

-Si. Estoy pensando cómo apuñalarte para poder irme.

-Mentira.

-¡No me jodas, Freddy!

Dos golpes en la ventana de Freddy nos desvía nuestra mirada hacia ella. Es Michelle. Freddy baja su ventanilla.

-Dinos Michelle.

-Necesitan el documento de identificación de Volkov para poder documentar lo sucedido.

-¿Han acabado con la operación?-Pregunta Freddy.

-No, pero me han llamado para informarme de esto y de que lo han sedado.

-Está en el maletín de atrás.-Dice Freddy. Hace el amago de bajarse pero antes mira en mi dirección.- Quédate aquí, pitukiña. Hazme el favor.-Dice y yo no digo nada porque no le puedo decir que no pienso quedarme aquí.

Freddy baja lentamente y cierra la puerta mirándome, a modo de aviso. Cuando veo por el espejo interior que Freddy ha abierto la puerta de la furgoneta por detrás y están los dos dentro con el maletín en la mano. Le doy rápido al botón y abro la puerta con una rapidez que hasta me sorprende.

-Mierda. -Escucho y pasos fuertes en la furgoneta. De seguro es Freddy. Salgo corriendo, las lágrimas por fin caen. -¡Para!-Grita Freddy detrás de mí.

-¡No!-Grito sin dejar de correr.

Entonces noto unos brazos fuertes rodearme, peleó con todas mis fuerzas, escucho como gruñe después de las patadas que le estoy dando.

-¡No!¡No!¡NO, Freddy!¡Sueltame, sueltame joder!

-No pue...-Comienza el hablando. Pero de repente un estruendo enorme nos hace caer al suelo. Me tapo las orejas porque me pitan, me molestan. No escucho bien, parece que estoy debajo del mar.

-¿Anya?-Escucho a Freddy en una lejanía.

-¿Freddy?-Pregunto pero casi ni escucho mi voz. Veo bastante borroso,me arrastro por el suelo hasta encontrarme con Freddy.Nos ayudamos a ponernos de pie. Pero Freddy me sostiene cuando me dejo caer porque las piernas han dejado de funcionarme en cuanto vi lo que había ocurrido.

La iglesia que intentaba entrar hace menos de dos minutos ha explotado y lo que más me duele es que Gustabo, Horacio y Conway: pilares de mi vida estaban allí dentro. Comienzo a llorar desconsoladamente, me duele el pecho y siento como si me hubieran arrebatado todo lo que tenía.

Siento que, por fin había encontrado a mi hermano, por fin después de años y años sin tener un rastro de él. Ahora, que podría tener parte de mi familia conmigo y poder vivir la vida que no había podido que me habían arrebatado se ha ido todo a la mierda. Como si todo mi esfuerzo por buscar a mi familia, se hubiera esfumado, no sirvió para nada.

De repente, me entra una sensación de ira, de rabia por la injusticia de la situación. Entonces, no dejo de pelear, de moverme, de hacer todo lo posible por apartarme de Freddy y comienzo a correr hacia la iglesia en pedazos.

-¡No,Anya!¡Para, joder!-Escucho a Freddy.

-¡¡Llama a una ambulancia!-Escucho a lo lejos.

-¡NO, Anya!-Escucho a Michelle.-¡Puede haber alguna que no ha explotado!-Grita.

En mi mente no dejo de gritar un "me da igual" porque parte de mí se ha ido en esta explosión pero a la vez no dejo de gritar "Gus, Gustabo, por favor, no, aguanta". Entre los escombros camino con el corazón en un puño. Y con toda la ligereza del mundo intentó sacarlos.

-¡GUS! ¡HORACIO!¡JACK!- Los llamo.-¡POR FAVOR, CONTESTARME! ¡¿DONDE ESTAIS?!

Comienzo a escuchar el sonido de los coches policiales, ambulancias... Pero de nuevo, lo escuchó todo de lejos. Solo puedo escuchar la voz de Conway insultando a los policías, a Gus, a Horacio, a mi... Horacio ligando con Volkov, regalando un osito de peluche a Gus...

No, no puede quedarse en un recuerdo.

Me levanto con el corazón a mil, veo que estoy en mi habitación.Estoy sudando y tengo mucha, mucha calor. Me levanto y voy a la cocina, busco en el primer cajón un calmante y lleno de agua un vaso de cristal.

Odio que, cuando vivo una situación de estrés como el día de hoy, reviva la explosión de la iglesia, reviva ese maldito día.

Vuelvo a la habitación, me tomo el calmante y no me tapo del calor que aún seguía sintiendo. No dejo de darle vueltas al sueño... Como sentí que me quitaban un gran pedazo de mi.

Así, poco a poco consigo dormirme. Pero me levanto cuando noto como detrás de mí el colchón se hunde, noto como alguien me tapa con la manta y noto un beso en la frente.

Intenté quedarme despierta para... no se realmente para qué, porque el calmante me esta haciendo efecto y me duermo al instante.

-¿Un calmante?... Siento no haber estado aquí, pitukiña...

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García [Freddy Trucazo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora