¿Alguna vez has visitado una tienda de mascotas y te has compadecido de los pájaros enjaulados? ¿No? Yo tampoco lo hice hasta que me di cuenta de que era el pájaro en la jaula y que la persona que me encerró no tenía planes de liberarme.
Luche durante días para salir de esa maldita casa al punto de que Thaksin dejó de ir a la oficina para mantenerme vigilada. El vecino que me vio en aquella ocasión le contó lo que pasó y que me había visto varias veces intentando romper las puertas y ventanas.
Manaow, querida. Te puedes encerrar todo el tiempo que quieras, pero eventualmente tendrás que comer. Thaksin estaba en su oficina leyendo unos documentos de la empresa mientras yo estaba encerrada en lo que se convirtió en mi lugar seguro en ese momento: el cuarto donde se lava la ropa. Thaksin nunca entraba allí porque decía que ese era un lugar donde solo una mujer debía estar.
Intenté llamar a mis padres de mi celular en varias ocasiones, pero siempre sonaba ocupado o la llamada no entraba. También intenté llamar a la policía, a mis amistades, a quien sea que estuviera en mis contactos, pero nunca logré hablar con nadie.
Cuando tuve mi primera clase le dije al profesor que me habían secuestrado y que pidiera ayuda. Con una extraña calma, el profesor agarró su celular y le marcó a quien yo pensaba serían las autoridades, pero me equivoque.
Mis esperanzas murieron tan pronto lo oí hablar con el primo de mamá. Thaksin, ¿qué pasó con Laura?... Ah, qué pena. Pensé que se había acostumbrado ya. ¿Ella es la nueva? Hubo minimo otra chica que también pasó por lo mismo y ya no está aquí. Eso solo podía significar una cosa... Bueno esta chica se ve más difícil de adiestrar. Si... El profesor me miró una vez más antes de cerrar su computadora dejándome más sola de lo que ya estaba.
Mis padres ignoraban lo que claramente estaba frente a sus ojos. Les guarde mucho resentimiento durante esos años. Las pocas veces que hablábamos durante la semana me preguntaban acerca de la universidad, si había hecho amistades y si extrañaba Tailandia. Mis respuestas eran las que formaba Thaksin detrás de la cámara. Siempre me apuntaba con la pistola durante esas llamadas.
Mis supuestas amistades de la escuela, que juraron estar ahí para siempre, desaparecieron tan pronto nos graduamos y me mude a España.
Al no tener nada más que hacer, decidí ponerle empeño a mis estudios. Fueron mi mejor distracción.
Aunque mi tiempo con la computadora estaba limitado a mis clases y solo podía hacer búsquedas acerca de temas relacionados a ellas, conseguí información acerca de mi profesor y resultó que era una eminencia en el campo de administración de empresas.
No se como termino mezclado con Thaksin, pero al menos me enseño todo lo que sé al sol de hoy.
Aunque Thaksin apenas estaba en la casa por su trabajo, no podía evitar agobiarme por tanto encierro. Las puertas y ventanas no abrían. El único que podía salir y respirar aire puro era Thaksin. Poco a poco todo se volvía más oscuro en mi vida hasta que llegue al punto de caer en depresión.
Deje de comer, no salía del cuarto ni de la cama a menos que fuera para ir al baño, no me bañaba, no hablaba con mis padres. ¿Para qué hacerlo si no podía mentir? Solo dormía y cuando estaba despierta lloraba. Yo creo que por eso Thaksin tomó la decisión de traer a Rocio.
Rocío era la hermana mayor de Laura, la chica que estaba aquí antes. Thaksin la contactó y le dijo que tenía información acerca de su hermana. Rocío llevaba meses buscándola, pero la policía no obtuvo ninguna pista acerca de su paradero y el caso se quedó sin resolver. Laura era la única familia que le quedaba a Rocio y ya se imaginaran como se sintió al enterarse de la verdad.