Hacer las paces Pt. 1

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Bangkok, 5:30 a.m.

La alarma sonó despertando a Som y Taeng Siridawong. Tenían planeado un viaje de negocios para ese día. Su vuelo debía salir a las 7 con el jet privado de la empresa que los llevaría a Chumphon a reunirse con posibles inversores. Somchai revisaba sus mensajes en el celular mientras su esposa se ponía sus cremas y maquillaje en el baño. Tan pronto salió de bañarse, Somchai encendió la tele para ver el pronóstico del tiempo. La reportera principal apareció en la pantalla agarrando el micrófono con una mirada solemne en su rostro.

Noticia de último momento: Manapat Siridawong, dueña del bar Salesforce, hija única de la familia Siridawong, ha sido hospitalizada en Pattaya City Memorial. Somchai dejó de prestarle atención a su celular y miró el televisor donde estaban pasando la noticia. Se quitó los espejuelos y subió el volumen. Taeng abrió la puerta del baño al escuchar el nombre de su hija. La joven llegó con varias lesiones significativas en su cuerpo luego de ser encontrada en el edificio abandonado de Waterfront. Llevaba 3 días secuestrada por un asesino que es buscado internacionalmente. Ambos intercambiaron miradas horrorizados.

Los padres de la joven al parecer ni siquiera se han presentado al hospital a ver a su hija. Según nuestras fuentes, les avisaron del secuestro, pero no hicieron nada al respecto. Más tarde les traeremos más información... Somchai apagó el televisor y se levantó de la cama caminando hacia el ropero para cambiarse de su pijama a algo más apropiado. De- debe ser una broma de Manaow. Taeng intentó justificar lo que habían visto, pero su voz estaba llena de duda y preocupación. Recordó que la noche anterior Lawan Wiwatkul había llegado a su casa con una noticia similar, pero ellos hicieron caso omiso.

Vístete, dijo Somchai con un tono autoritario. Le diré al chofer que prepare uno de los autos. Salimos ya mismo para Pattaya. Taeng caminó hacia su esposo e intentó tocar su brazo. Amor... Somchai se alejó de ella. Necesito confirmar con mis propios ojos que mi hija está bien. Me dijiste que Manaow solo buscaba llamar nuestra atención con su actitud. Pues ya la tiene. Mi hija tiene toda mi atención. Somchai salió del cuarto disgustado. Taeng se sentó en la cama y suspiró. Dios mio por favor que solo sea una broma de mal gusto.


Phaya llamó a la puerta antes de entrar a la habitación. Manaow inmediatamente sonrió al verlo. No puedo dejarte sola ni un minuto sin que provoques problemas, pequeño limón. Se paró con las manos en el cinturón y sacudiendo la cabeza. ¡Phaya! Caminó hacia ella envolviéndola en un abrazo. Uf, no tan fuerte que me podrías romper otra costilla. Él retrocedió. Lo siento. Hace tiempo no nos veíamos. Manaow asintió. Creí haberte dicho que no te metieras en problemas. Warang, Jaojom y Manaow dijeron al mismo tiempo: "Eso es imposible". Todos estallaron en carcajadas. Manaow hizo una mueca de dolor agarrando su cabeza. Tengo buenas noticias para ti. Gyo y Lawan se movieron para que Phaya pudiera sentarse al lado de la camilla ya que él estaba en un ángulo incómodo. Por favor, dime que lo maté... Phaya se quedó inquietantemente silencioso, aumentando el suspenso en esas cuatro paredes. El único ruido provenía de afuera y de las máquinas conectadas a la joven convaleciente. Rocío movió las manos con impaciencia.

Mejor digamos que se ahogó. No quiero terminar llevándote a la cárcel por asesinato. Manaow ni siquiera se inmutó. Todavía estaba atónita por la noticia. Uno de mis oficiales encontró un cuerpo arrastrado por la corriente en la orilla de la playa cerca del condominio Waterfront y pudo confirmar que era él. Agarró las manos de ambas mujeres mirándolas a los ojos. Por fin son libres. Todos en el cuarto exclamaron felices excepto Manaow. ¿Qué pasará con el juicio? La policía había estado reuniendo pruebas durante años para encarcelar a Thaksin. Nadie obtuvo justicia. Todo ese dolor sufrido por las demás víctimas y sus familias... Quizás debería haberlo dejado con vida. Phaya la detuvo. Entonces no estarías viva ahora mismo para contar tu historia. Es un milagro que Thaksin las haya dejado vivir. Has visto los expedientes. Mató a todas y cada una de sus víctimas y algunos de los otros países todavía están encontrando pruebas de víctimas potenciales. Eso hizo que Manaow se sintiera peor. El sargento le acarició la mejilla. Manaow, hiciste lo que tenías que hacer para sobrevivir. Nunca antes te había visto dudar de ti misma. ¿Por qué comenzar ahora? Ella apartó la mirada. Yo solo...


¡Mamá! Mira, te compramos globos y un osito de peluche en la tienda de regalos. Tawin entró a la habitación con Marcos quien sostiene los regalos. Ay bebe. ¡Muchas gracias! No tenías que regalarme nada. Ven aquí. Una sonrisa apareció en los rostros de todos cuando vieron a Tawin acostarse junto a Manaow después de que ella le hiciera espacio. Sólo queríamos ofrecerte algo para que te sientas mejor. Además vimos a la doctora hace unos minutos y viene aquí para echarnos. Manaow se rió por lo que dijo Marcos y besó la frente de Tawin. Sé que todavía hay algunas preguntas sin respuesta. Lo puedo ver en sus caras, pero honestamente necesito descansar un poco. Dijo mientras bostezaba. Me alegro de que estemos en la misma página, señorita Siridawong. Tawin hizo un puchero. ¿Puedo quedarme contigo, mamá? Rocío negó con la cabeza. Tenemos que dejarla descansar un poco, príncipe. Regresaremos por la tarde una vez que también podamos dormir un poco más. Sé que dormiste en el avión, pero yo no. Lawan les ofreció su casa. Son más que bienvenidos a quedarse con nosotras. No me gustaría que gastaran en un hotel innecesariamente. Gyo miró a su madre. Gracias Lawan, pero si no es mucha molestia me gustaría que Jaojom los llevará a mi apartamento. Jaojom asintió. Conmigo no hay problema en llevarlos. De paso conozco mejor a ese campeón. Tal vez es mejor jugador de tenis que se madre. Tawin lo miró con curiosidad. ¿Cómo se juega al tenis? La doctora se aclaró la garganta. Es hora de que mi paciente descanse un poco, por favor. Uno a uno salieron de la habitación deseándole a Manaow una pronta recuperación. Ellos también necesitaban descansar después de la noche que habían tenido.


Marcos ayudó a Jaojom con el equipaje mientras Lada y Suay hablaban con Rocío sobre su bolso. Desde que la vieron entrar con un bolso Berkin se morían por preguntar cuánto costaba y cómo lo consiguió, ya que ese modelo específico que Rocío tenía se había agotado en el mercado. Phaya estaba persiguiendo a Tawin, quien evitaba que le hicieran cosquillas. Mercedes y Devi estaban hablando con Lawan mientras Gyo observaba a Rocío y Tawin. Fue un placer conocerlos a todos, dijo Rocío mientras subía al auto. Devi chasqueó los dedos llamando la atención de su hermana, que seguía mirando en la dirección en la que iba el coche. Gyo, ¿estás bien? Su hermana menor simplemente la miró. Fue mucho para asimilar, ¿no? Vayamos a casa y descansemos un poco. Puedo ver el humo que sale de tu cabeza por pensar tanto. Marcos entró de nuevo al hospital seguido por Phaya. Tienen mucho de qué hablar, pero no ahora. Devi agarró su pierna y empujó ligeramente a Gyo haciendo que perdiera un poco el balance y la mirara mal. ¡Devi! Esta se echó a reír cuando Mercedes le gritó. ¿Ves, amor? Te dije que si estoy haciendo mis estiramientos.

¡Lawan! ¿Dónde está nuestra hija? Apenas habían terminado de subir al auto cuando los padres de Manaow se acercaron a ellos. Ah, ahora se preocupan por ella, dijo Devi. Mercedes le tapó la boca. Está en la unidad de cuidados intensivos. Lawan respondió simplemente. Tienen mucho que compensarle a esa chica. No sé qué tipo de padres creen que son, pero después de todo lo que acabo de saber, estoy reconsiderando la idea de hacer negocios con ustedes. Som y Taeng se miraron avergonzados. Tengo que llevar a mis hijas a casa. Hablaré con ustedes más tarde. Ellos asintieron. Lawan encendió el auto y se marcharon. Phaya salió del hospital con cafés y una caja de donas. Tenía que regresar a la escena del crimen. ¡Oficial Phaya! ¿Puede contarnos qué pasó? ¿Cómo terminó nuestra hija en una situación como esta? él se aclaró la garganta. Creo que lo más importante ahora es la salud de su hija. Estaré en la estación alrededor de las 11 am. Pueden pasar y los actualizaré. Ahora, si me disculpan, tengo que volver al trabajo.

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