¡Adelante! Som, el padre de Manaow, estaba revisando unos documentos cuando tocaron la puerta de su oficina.
Señor Siridawong, disculpe que lo interrumpa. Tengo a la señorita Kaniknan Wiwatkul aquí afuera queriendo reunirse con usted, dijo la secretaria.
Gyoza? Claro que si, hazla pasar. La secretaria asintió y abrió la puerta completamente para que Gyo entrara. Gyo notó que la oficina era muy simple. Solo había dos fotos un cuadro con la foto de Somchai y una foto de su esposa con Manaow que se notaba que no quería participar de la foto. Había algunos cuadros de arte, unas plantas y el resto eran archivos. Som se levantó de su silla y la saludo. Mira nada mas mi nuera favorita. Cada dia estas mas hermosa. Gyo se ruborizó y bajó levemente su cabeza en señal de respeto.
Gracias, señor Somchai. Él negó con la cabeza.
Nada de "señor Somchai". Ya te dije me puedes llamar Som. Gyo asintió. Ven, siéntate. ¿Qué te trae por aquí? ¿Hizo algo mi hija?
En realidad vine por dos razones. La primera es que no he podido contactarme con Manaow en estos días y quería ver si me podría decir donde encontrarla. Som suspiro.
No conozco mucho de la vida de mi hija, pero te puedo dar la dirección de su departamento. Si no la encuentras allí, debe estar en el bar Salesforce. Le gusta cantar en ese lugar. Som anotó la dirección en un papel y se lo entregó a Gyo. Disculpa que mi hija sea tan inmadura y no te conteste las llamadas. Creeme a mi tampoco me contesta a menos que necesite dinero. Som se echó a reír y Gyo se movió en el asiento algo incómoda.
Gracias por esto. La otra razón por la que vine es para hablar de mi compañía. Ya hablé con mi madre y me dejó saber lo que realmente sucede.
Lamento mucho que estén pasando por algo así. Como le dije a Lawan, aunque te cases con Manaow nosotros no tendremos ningún derecho sobre tu compañía. Va a seguir siendo la compañía de tu familia, yo solo pretendo ayudarles económicamente.
No tengo palabras suficientes para agradecerle por lo que está haciendo.
No me tienes que agradecer. Lo hago de todo corazón.
Puedo preguntar por qué?
¿Por que las estoy ayudando cuando son mi competencia? Gyo asintió. ¿Crees en el karma, Gyoza?
Claro. Toda acción tiene su reacción o consecuencia.
Exactamente. Toda mi vida he tratado de hacer las cosas bien en la medida que pueda, pero hay cosas que se me salen de las manos como por ejemplo mi hija. Hace años tomé la decisión equivocada de dejar que mi hija hiciera lo que le diera la gana porque la quería ver feliz y de alguna forma retenerla a mi lado. Esa acción tuvo la consecuencia de que al sol de hoy mi hija no ha hecho nada de provecho. Tiene 28 años y no ha trabajado ni un solo día de su vida. Apenas tiene su diploma de escuela superior.
No puede culparse. Lo hizo por su hija. Tal vez no fue la decisión correcta, pero las decisiones de Manaow no caen sobre sus hombros. Som le sonrió.
Ahí es donde entra la mentalidad de un padre. Mi hija es mi mundo aunque no lo parezca y haría cualquier cosa por ella. Manaow hace un tiempo tuvo un problema grave y yo he hecho todo lo posible por arreglarlo, pero no se puede tapar el sol con un dedo. Cuando seas madre, me entenderás un poco mejor.
¿Por qué no le exige a Manaow que trabaje? Al casarse nada garantiza que ella vaya a cambiar de actitud.
Lo pensé muchas veces, pero mi hija es igual de terca que su madre. Si la fuerzas demasiado, huye. No la quiero perder. Aunque no pueda heredar la compañía, quiero al menos verla casada con una mujer buena. Tal vez uno que otro nieto si es posible. Gyo quería salir huyendo tan pronto escuchó la risa de Som. Por suerte sonó el teléfono.