Capítulo 44

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Juanjo

—2023. Tini y María Becerra—anuncia Noemí, buscando el que sólo yo sé que es mi book. Este reparto de temas me pone especialmente nervioso, ya que me han comentado previamente la canción que me va a tocar, y honestamente, no me lo hubiera esperado. Ni yo, ni nadie de aquí, probablemente. Ni siquiera se lo he dicho a Martin, ya que quería que fuera una sorpresa para todos. Se van a quedar alucinando. Todos escuchan intrigados, y veo a algunos mirando a Ruslana, pensando que la canción es para ella—. Miénteme. Es para... nuestro nómada favorito, Juanjo.

Me levanto, con una mezcla de sensaciones en el estómago. Por un lado emoción, por otro lado nervios, e incluso vergüenza. Voy a bailar.

—¿¿¿¿Qué???? —exclama Bea, incrédula.

Naiara comienza a descojonarse, y Paul me observa sin dar crédito. Me pierdo el resto de reacciones porque me agacho a coger el cuaderno que me tiende Noemí. Después me giro para volver a mi asiento, fingiendo despreocupación con una sonrisa en la cara, como si lo tuviese todo controlado. Todos mis compañeros están flipando. Martin se ha llevado una mano a la boca, y me observa con atención. Cuando le sonrío, se pone a aplaudir emocionado.

—¡Vas a bailar! —me dice cuando me siento a su lado.

—Voy a bailar —le confirmo. Dios. Qué nervios. Aunque si soy sincero, me apetece un montón. Cuando Martin o Rus hacen este tipo de números siempre me quedo observando admirado, y aunque sé que mis capacidades en el baile son muy inferiores a las de ellos, me gustaria probar una vez, a ver de qué soy capaz.

El resto del reparto se pasa volando, como siempre. Cuando anuncian Escriurem, concretamente una versión en catalán y en euskera, ni siquiera hace falta que Noe diga para quiénes es. Por fin, Kiki y Martin juntos, tal como llevan pidiendo desde el inicio del concurso. Me alegro un montón por ellos. No conozco la canción, pero Chiara parece que sí y está especialmente feliz, y ella tiene muy buen gusto.

Ojalá esta semana sirva para desbloquear a Martin. Esta mañana, en el pase, se ha venido abajo cuando Manu le ha dicho que ayer en su actuación no se vio esa seguridad que suele tener él en el escenario, ese magnetismo. Martin ha dicho que creía que lo había perdido. Está destrozado, y su autoestima, por los suelos. Y me parte el alma verlo así. Así que sí, me alegro de que Chiara vaya a pasar la semana a su lado. Ella siempre se ha preocupado muchísimo por él, y cuando mi novio está con ella, a él le brillan los ojos. Se hacen mucho bien mutuamente. Y después de las semanas que ambos llevan, ahora más que nunca necesitan un apoyo firme y mutuo.

Mi primera clase de la semana es con Abril. Decido serle absolutamente sincero, ya que me he dado cuenta de que ocultarle las cosas nunca sirve de nada porque ella me lee demasiado bien.

—Estoy cagado —admito, suspirando y tirándome en el sofá nada más llegar.

Abril se sienta a mi lado y me da la mano. Siempre se ha tomado la confianza conmigo de tener ese tipo de gestos, y se lo agradezco, porque aunque generalmente me cuesta romper esa barrera con la gente, me reconforta mucho el contacto físico. Martin siempre me dice que le sobo todo el día, pero supongo que es mi manera de decirle que le quiero.

—¿Y eso, amor? —me pregunta preocupada. Arqueo una ceja mientras la miro. Sabe de sobra por qué, aunque quiere que lo diga.

—No es mi estilo, la verdad. Y el baile...

—Es lo que más te preocupa, ¿verdad? —me sonsaca—. ¿Es por algo en concreto?

—Me siento inseguro, porque se me da regular. Me gusta tenerlo todo controlado cuando salgo al escenario, y en esta ocasión no va a poder ser, porque bailar no es mi fuerte.

Vamos directos al solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora