40Tena

Ainara Capítulo 36

– Ainara quédate un momento por favor. – Le pidió su profesor de historia al terminar la clase de ese Lunes.

Ainara obedeció asustada, miró a África por si sabía algo pero ella encogió los hombros y se fue, cuando no quedaba nadie y la puerta estaba cerrada Diego comenzó a hablar.

– Se que no hemos tenido mucha relación de familia porque a mi me echaron de casa cuando tú aún eras pequeña y sé que lo que sabrás de mí no es nada bueno por lo que te han contado pero quiero ayudarte con Valentín.

– Nunca he llegado a creerme nada de lo que me contaron.

– Bueno mejor, pero aún así te voy a ayudar. Verás cuando yo me fuí de casa creo que tenía dieciséis años, fue al terminar cuarto de la eso, cuando ya tenía decidido que quería hacer historia, mi madre no estaba de acuerdo, ella prefería que hiciese magisterio infantil o idiomas, para ella la historia es un cúmulo de mentiras porque son palabras que no salen de una biblia, y puede que en un momento de enfado yo le dijese la famosa frase que tanto habrás escuchado, "Voy a estudiar historia para demostrarte que tu dios ni ningún otro existe" Sí la dije, fue un momento de enfado, solo tenía dieciséis años y estaba harto de que me prohibiera cosas por su religión y no solo dije eso, si no que hice las maletas y me fui a casa de mi mejor amigo. ¿Fue una buena decisión? Sí, por un mes, después sus padres empezaron a hablar con los míos para que me dejasen volver a casa y vi que era más un estorbo que otra cosa, entonces empecé a trabajar, en trabajos precarios donde no veía la luz del sol, pero podía pagar mi primer alquiler, un estudio de casi 20 metros cuadrados. Después alquilamos un piso unos amigos y yo más grande y donde pude empezar a respirar. Y esa fue mi vida tras escaparme de casa, explotación laboral, no dormir para aprobar, renunciar a mi vida joven, las fiestas, los amigos, tener una pareja y no quiero que sea tu vida, porque imagino que ya has pensado en escapar ¿Verdad?

– Sí pero bueno me acogerán los padres de Valentín y viviré con él, será muy bonito, no será como lo tuyo, estoy segura.

– Ojalá pero Valentín y tú tampoco lleváis tanto como para dar un paso tan fuerte. Mira hablar con alguien de nuestra familia para que entren en razón es un suicidio, como ya habrás podido comprobar. Si lo que quieres es vivir tu vida solo queda una opción, pero no te metas en casa de sus padres, porque luego imagina que rompéis ¿Qué pasa contigo? a casa de tus padres no puedes volver.

– Y entonces ¿Que hago, a donde voy?

– Yo te ofrezco que vengas conmigo, ya no vivo en el piso de mis amigos, tengo mi propio piso y somos familia, se supone que la familia se ayuda y se apoya.

Ninguno dijo nada más pero estaba claro cuál era la mejor solución, más ahora que no se atrevía a hablar con su pareja de algo tan importante. Por un segundo Ainara se vino abajo y pensó ojalá, ojalá tener una familia normal, de esas que te apoyan en tus decisiones y no te juzgan. Ojalá poder elegir donde nacer.

A la tarde, sobre las 18:00 entraron al polideportivo como si nada para espiar entre risas al equipo de baloncesto, Ainara estuvo cómoda cotilleando junto a África sobre los chicos del equipo con los que había tenido algo, se le olvido hasta porque estaba tensa con su pareja. Mientras, la que estaba incómoda y nadie se dio cuenta fue Robin, Ainara se sintió muy mal al verla marchar y África también, su cara lo reflejaba. Al salir del polideportivo Valentín se acercó a su pareja y ella solo le dijo que estaba muy cansada y esa noche no dormirían juntos, después se dirigió a su habitación donde primeramente hizo una llamada a Robin, por mucho que sean sus amigas seguía teniéndole vergüenza a hablar en persona, tras una pantalla se expresaba mejor.

– Hola, solo quería saber cómo te encuentras, es que te has ido muy rápido del polideportivo y pensaba que nos lo estábamos pasando bien.

– Hola, pues gracias por llamar, vosotras si pasabais un buen rato pero yo no le he visto mucho interés, es que hace tiempo que creo que no me atraen los chicos y no se como gestionarlo.