¡Bienvenido de vuelta, Gran Maestro! [TodoBaku]

Capítulo 23

[Doble cap ❤️]

Todoroki podía presentir que algo estaba mal con Bakugou pero no sabía qué. No era solamente el hecho de que se enterará de las condiciones en las que estaba actualmente Kirishima, había algo más en sus ojos rojos que le hacía pensar que le dolía otra cosa. Durante el mediodia, esos ojos que tanto le gustaban estuvieron normales, fieros pero amables, duros pero sinceros y bondadosos.

Pero ahora esos ojos que tanto le gustaban parecían distantes, tristes y melancólicos, como si el cenizo se hubiera hundido en su propio océano de pensamientos donde no podía salir. Se había subido a su caballo con un ánimo normal pero después no le hablo en todo el viaje, aunque sí compartió pequeñas conversaciones con Yuta y Eri.

Quizás no debió decirle lo del pelirrojo. Sabía bien que él era mucho más sensible de lo que dejaba ver. Más frágil y vulnerable.

—Shoto-san, ¿Shoto-san? ¡Papá!

Shoto sintió un tirón en su ropa y al voltear, se encontró con la expresión asustada de Eri que segundos antes intento advertirle que se estaba moviendo muy cerca del precipicio que tenían que pasar. La albina le miro pálida y preocupada, lo que le hizo sentirse mal. Le colocó una mano sobre la cabeza y se disculpo.

—Casi me muero del susto, papá —se quejo la albina, en voz baja y aprovechando que no están tan cerca de su grupo, se acercó más al bicolor —Uhm, sé que no es de mi incumbencia pero, ¿paso algo entre tú y el superior Monoma, papá? Él parece decaído.

—No paso nada entre nosotros —le aseguro el mayor a su hija —Lo que le aflige es otra cosa que no tiene solución. Tampoco puedo consolarlo mucho al respecto.

— ¿Por qué no? —preguntó Eri con un puchero —Si son amigos, ¿no es normal darse consuelo?

—No lo veo como un amigo, Eri.

Eri sintió una sacudida en todo su cuerpo ante la sinceridad de Shoto y aunque no debería estar sorprendida con lo que le decía, le termino asombrado la manera en que se veía tan seguro de sus palabras y sentimientos. Sería bueno que pudiera decirle que ya lo sabía, que sabía que su padre no veía al cenizo como un amigo pero de hacerlo tendría que contarle a su padre lo que sucedió en la posada y no tenía deseos de enfrentar la ira del cenizo.

Por lo tanto, se hizo un poquito la impactada y después miro hacia la parte de enfrente del camino, dónde iba su grupo con el cenizo a la cabeza montando su cabello.

Su figura parecía muy solitaria y le provocó dolor en el corazón.

Así que, girando hacia su padre, lo empujó por la espalda y lo llevo hasta la cabeza de la marcha.

— ¿Eri? —le llamo confundido el bicolor.

—Si él es alguien tan importante para ti, papá, con más razón tienes que estar de su lado —dijo la albina —Puedes consolarlo.

— ¿Cómo...lo hago? —preguntó dudoso el bicolor.

— ¡Averígualo por tu cuenta! —dandole un empujón más fuerte, mando a su padre junto con el cabello del cenizo y grito — ¡Superior Monoma, Shoto-san quiere hablarle!

Ante el grito de la albina no solo Katsuki se dió la vuelta, sino el resto del grupo de discípulos que al ver al Dragón Blanco de KinoRoki decidieron retroceder y caminar un poco más apartados de ellos por respeto a su conversación.

El cenizo ladeó ligeramente la cabeza hacia el mayor, el cuál lucía incómodo y un poco nervioso.

— ¿De qué querías hablarme? —cuestiono.