¡Bienvenido de vuelta, Gran Maestro! [TodoBaku]

Capítulo 14

—Ya se empieza a ver la niebla —aviso el cenizo y se bajó del caballo —Sera mejor que dejemos a este viejo acá. No quiero pensar en lo que puede sucederle si lo metemos ahí.

— ¿Te preocupa el caballo? —alzó una ceja el bicolor.

—Es mi medio de transporte. Tengo que cuidarlo adecuadamente —le dió un par de palmadas en el lomo al caballo y lo llevo hasta un árbol donde había un poco de pasto, lo ato con fuerza y miro hacia el mayor — ¿Puedes ponerle unos amuletos de protección, por si acaso?

Lo que menos quería Bakugou era que, a la vuelta del pueblo de los ataúdes, se encontrará con pedazos de Glotón esparcidos por el bosque. Le haría sentir muy mal el ni siquiera poder cuidar bien de un pobre y viejo caballo. Por eso le pidió a Todoroki los amuletos de protección.

Y el bicolor los hizo, saco unos cuatro amuletos que le dejo a el caballo y debido a que no sabían cuánto tiempo podían tardar en su expedición, decidieron dejar también un par de bolsas con el caballo. Mayormente consistían en ropa extra y el dinero.

—Baku...Katsuki —se corrigió el mayor dando un pequeño carraspeó por su equivocacion —Ten. Úsala para tu protección.

El nombrado se dió la vuelta, viendo que lo que le extendía el mayor era la flauta de Rei Todoroki, la que uso en la Torre Espiritual. Aquella flauta de jade color blanco que ahora podía notar que tenía pequeñas espirales en un tono azul.

No quiso aceptarla. No podía aceptarla.

—Era de tu madre, lo escuché esa noche —murmuró en voz baja —No puedo usarla, ¿qué mierda pasaría si la rompo? No quiero que tu padre venga a matarme.

Era mentira, poco le importaba lo que le hiciera Enji Todoroki si rompía la flauta de su fallecida mujer, pero con el bicolor era otra historia. No quería ser la persona que rompiera uno de los pocos objetos terrenales que le quedaban de su madre.

—Esta hecha de un materia muy resistente y creo que extraña mucho ser usada —dijo el mayor con dulzura al notar la incertidumbre en el rostro del menor —Katsuki, no puedes usar una espada y los amuletos protectores no son ilimitados. Sé perfectamente bien que la mejor arma para ti es una flauta.

— ¿Para qué necesito una flauta si estás conmigo? —mencionó el más bajo y sintió que sus mejillas se pusieron rojas, algo que empeoró todavía más cuando el bicolor se acercó hasta él y le tomo de las manos para que agarrara la flauta.

—La necesitas porque no siempre estaré cerca y porque recuerdo que te gusta defenderte por tu cuenta —le coloco una mano en la cabeza al ver que el cenizo, finalmente, tomo en sus manos la flauta —No se va a romper en tus manos.

Katsuki trago saliva ante el tono confiado del mayor pero termino guardando la flauta en su ropa y asintiendo. Shoto le brindo una pequeña sonrisa, la que ya no pudo fingir que era producto de su imaginación. Tuvo suerte de que no duró mucho tiempo, se pusieron frente del camino el cuál empezaba a verse menos, la niebla impedía que pudieran ver lo que les esperaba a tres metros de distancia.

—Según el mapa que me dió Natsuo-nii tendría que haber una descendiente a medida que avancemos —informó el bicolor al cenizo que dió un ligero movimiento de cabeza hacia la derecha — ¿Sucede algo?

—Se supone que el Padro Ha tiene muchas especies de aves, no importa de que lado estés, siempre las podés escuchar —mencionó el de ojos rojos —Pero hay demasiado silencio.

—Es posible que sea por la mala energía. Mis hermanos también dijeron que no era una zona muy comercial y que los HaShima no les prestaban mucha atención, por eso tampoco hay una Torre Escarlata —contó el bicolor —El pueblo habrá sobrevivido con el poco comercio que tenían gracias a la madera de los ataúdes y el papel de dinero.