[Pasado : Ayudando a un amigo y la despedida silenciosa]
Los meses que quedaron en KinoRoki no fueron tan malos como el cenizo se espero. Si tuviera que destacar algo sería que Todoroki Shoto y él estaban en una especie de "tregua" podían tener peleas juntos y algunas discusiones en clase pero no se sentía la misma tensión que antes, aunque igualmente podía sentir que su mirada siempre le seguía. Aparte de eso, en palabras de Sero, Midoriya se había adoptado perfectamente a los discípulos de TemKam e incluso estaba aprendiendo de ellos algunas técnicas de cultivo demoníaco que le ayudaban en su cultivo espiritual.
Bakugou no podía mostrarse en contra de eso ya que el de pecas estaba mejorando notablemente en sus combates pero le pidió, en secreto, a los de TemKam que estuvieran atentos a él y que lo cuidarán. El cultivo demoniaco era solo para aquellos con una mentalidad fuerte y un espíritu resistente, no quería que el de pecas tuviera un colapso en su núcleo dorado por andar practicando ese tipo de camino inestable.
En fin, se podría decir que pasaba por un buen momento aunque con lo cercana que estaba la despedida de KinoRoki, el ambiente a veces era un poco melancólico y triste. O, en otras ocasiones, muy incómodo para él.
Cómo ese día en que tuvo que dejar los dormitorios porque Kaminari y Kirishima querían tener sexo y era el único lugar tranquilo para hacerlo. Y tuvieron el descaro de decirlo directamente en su cara y la de Ryu.
— ¡¿No pueden ir al puto bosque a hacerlo?! —reclamo el cenizo con enojo.
— ¡No somos animales, Bakugou! —se rió el rubio — ¡Prometo no tocar sus futones!
— ¡Y vamos a limpiar después! —juro el de dientes puntiagudos — ¡Lo prometo!
El cenizo quería matar a sus dos lujuriosos amigos que parecían querer llevar su relación hasta las últimas consecuencias. Obviamente todo ese enredo entre ellos terminaría mal si agregaban también el sexo pero como ya les había dado sus opiniones a ambos y los dos siguieron eligiendo hacer lo que les diera la gana, se fue de la habitación amenazando con hacerlos sufrir si llegaban a ensuciar su parte.
Caminando con Ryu a su lado, pudo ver que el niño de trece años que conoció al inicio casi no estaba presente. De todos ellos, él era el más alto y corpulento, los rasgos regordetes de su rostro se habían ido por completo. Tenía brazos anchos y una espalda enorme, que hacían parecer a su hermano mayor una escuálida pulga cuando estaba de su lado. Además, su nivel de cultivo no era ninguna broma, podía enfrentar incluso a Shoto y estar a su par.
Sin dudas, era impresionante. Pero cuando el cenizo vio que hacia un ligero puchero y murmuraba acerca de quemar los libros de su hermano por echarlo del cuarto, supo que todavía seguía siendo un mocoso. Le pasó una mano por el cabello para llamarle la atención y el menor se volteo a él, claramente estaba enfurruñado.
—Bakugou-san, mí hermano es un idiota, un completo idiota —se quejo el azabache con un puchero marcado.
—Lo sé, lo sé. Por esta vez hay que dejarlo pasar. Todavía ni siquiera se sabe si ellos pueden continuar su relación una vez salgamos de acá —soltó un suspiro el cenizo —Hay que dejar que se den el gusto de estar juntos.
—Mí hermano dijo que respetaría la decisión de Kirishima-san porque es él quien está comprometido —le contó el menor —Pero si Kirishima-san no elige a mí hermano con lo mucho que lo ama, iré yo mismo a HaShima a darle una paliza.
— ¿Quieres que te acompañe? —ofreció el cenizo —Necesitaré desquitarme por hacerme aguantar esto un año en vano.
Ryu sonrió en acuerdo y continuaron conversando por un tramo del camino. Ya que estaban en su tiempo libre podrían ir a la biblioteca o a entrenar, pero en lo que daban vueltas por el recinto se toparon con Izuku el cuál caminaba con la cabeza gacha, un poco ido y preocupado.
ESTÁS LEYENDO
¡Bienvenido de vuelta, Gran Maestro! [TodoBaku]
FanficNi muerto tenía paz. Para Bakugou Katsuki, el conocido Gran Maestro del Cultivo Demoníaco, era una enorme ironía lo que estaba viviendo.Lo habían revivido, no sabía cómo...bueno, sí sabía cómo, pero no sabía porqué y lo iba a descubrir. ¿Y quién sa...