Capítulo 8

357 73 31
                                    

A Katsuki le gustaban los perros y los gatos. De niño le preguntó a sus padres si podían tener una mascota pero Mitsuki se lo negó, porque era alérgica y cada animal que se encontraba le provocaba estornudos y sarpullidos en ocasiones. Por lo tanto, cada vez que veía perros o gatos abandonados en las calles les daba de comer, les buscaba un lugar seguro o intentaba que alguien los adoptará. Era su misión secreta, creía que sí quería ser un buen líder del clan YouGou, tenía que serlo para todos y eso incluía a los animales que vivían en su territorio.

En el tiempo en el que estuvo en las Montañas Kino hubo una ocasión donde fue con los hermanos Kaminari y Kirishima a beber en un bar de la Ciudad de la Luz, bebieron licor de Luna Blanca hasta no poder caminar derechos y cuando se disponían a volver antes del toque de queda, él se encontró con dos pequeños gatitos escondidos debajo de las maderas de una tienda.

Un pequeñín tenía la pata la lastimada y al otro le faltaba un ojo. Estaban sucios y desnutridos. El cenizo los saco de ahí abajo, los cubrió con su ropa y los llevo hasta el clan KinoRoki.

Pero después de eso no podía recordar qué pasó con los gatitos. Pensó en ellos apenas abrió los ojos en aquella choza, acostado en el futón, con un gatito todavía en su estómago y otros que dormían a su alrededor.

¿Qué habría sido del destino de esos dos gatitos? Se preguntaba eso en lo que se sentaba en el futón, se estiraba y veía que a su lado ya no había nada. No estaba Shoto con el gato naranja sobre su pecho y tampoco su futón. Lo volvió a dejar solo.

Katsuki se sintió irritado por eso. Se suponía que iban a descansar los dos y ahora tenía el presentimiento que el mayor solo fingió dormir para después irse, ¿acaso lo veía como una molestia? ¿o se sentía incómodo durmiendo a su lado?

Esto sí que lo iba a averiguar. Se salió del futón y fue hasta la puerta, la abrió de par en par y se encontró con que Eri y Shoto estaban sentados en la parte de afuera. Debieron haber estado hablando en voz baja en lo que él se despertaba. Sin pensarlo mucho, agarro al mayor de la parte de atrás de la ropa y usando toda la fuerza que tenía el enclenque cuerpo de Kazuki Monoma, lo metió para adentro de la habitación con los gatos.

Después, le dió una mirada de advertencia a Eri la cual trago saliva al ver la expresión tan enojada en el rostro del cenizo.

—Voy a hablar con él un momento. Ni se te ocurra entrar.

—S-Sí, superior Monoma —asintió asustada la albina —Lo que usted diga.

Luego de eso, Katsuki cerro la puerta y camino hasta el bicolor que tenía una clara expresión de no saber qué mierda pasaba. Su tez seguía pálida como antes y ahora tenía marcados semicírculos de color violeta bajo los ojos. Debía estarse muriendo del cansancio pero entonces, ¿por qué no durmió?

—Le seré en claro con algo, joven maestro. En el mundo es normal esperar algo a cambio de otros cuando se les hace un favor —inició el de ojos rojos en lo que caminaba hasta el mayor —Lo anormal es no esperar nada. Así que, quiero saber la puta razón por la cuál usted se ve de la mierda si se supone que íbamos a dormir y descansar tras la fallida purificación de ese brazo.

Todoroki pareció nervioso ante su cuestionamiento, ya fuera por la manera en que le evito la mirada o el hecho de que no parecía querer contestar algo para defenderse. Eso provocó que la irritación del cenizo aumentará y que en un arranque de enojo, arrojará al mayor contra un futón y se subiera encima suyo.

La expresión del bicolor sufrió un ligero cambio. Ahora las puntas de sus orejas se habían puesto rojas y parecía avergonzado, lo que incentivo al cenizo para seguirse descargando.

— ¿A qué mierda estás jugando, joven maestro? ¿Piensa que voy a sentirme agradecido por cada pequeña cosa que hace? Porque si ese es el plan, sepa que me vale una mierda —mintió, claro que no era así, le había conmovido mucho el trato que estuvo recibiendo del bicolor pero no podía dejarlo ver si quería llegar a una respuesta de su comportamiento —Puedo pagarle esa amabilidad suya con mi cuerpo. Es lo único que tengo y lo que me lleva a pensar a que es tan bueno conmigo porque lo quiere, ¿no?

¡Bienvenido de vuelta, Gran Maestro! [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora