Capítulo 13

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Katsuki tenía el sueño ligero, con el menor ruido se podía llegar a despertar ya que en pocas ocasiones tenía un sueño profundo. Por lo tanto, cuando escucho el ruido de algo chocando fuertemente contra la pared y después con el piso, un poco atontado y en alerta se sentó en la cama. Busco lo más cercano que tuviera para defenderse que resultó ser una patética almohada y miro la causa del ruido.

Si no fuera por el hecho de que estaba ligeramente asustado se habría reído de Shoto que se encontraba en el suelo, con una cara de pura confusión y mirándole como si fuera una especie de extraterrestre.

El cenizo suspiro, dejo la almohada donde estaba y se estiro. Por la ventana apenas se podía ver que el sol empezaba a salir, así que debían ser las cinco de la mañana. Al parecer ni en estado de ebriedad el perfecto discípulo de KinoRoki dejaba pasar su horario.

— ¿Qué lo espanto tanto, joven maestro? —preguntó en un tono ronco por el sueño —Ya es la tercera vez que dormimos juntos. No hay nada por lo cual estar tan alterado.

—Y-Yo...—balbuceo avergonzado el bicolor con las mejillas rojas — ¿Qué hice anoche?

—Un par de cosas —respondió el menor saliendo de la cama y buscando sus botas —Las podemos hablar abajo, en la parte del salón. Le pediré a la posadera un desayuno. Mientras tanto, lávese y arregle su ropa.

La razón por la cuál estaba eligiendo dejar al bicolor solo era porque se notaba que necesitaba esclarecer sus pensamientos. Posiblemente lo que lo tenía más alterado era el hecho de que era la primera vez que dormían tan pegados el uno a el otro. Las otras ocasiones si bien estuvieron cerca ni llegaron a rozarse y en la última solo se durmió sobre su pecho por el hechizo que le puso. Está vez durmieron abrazados de manera voluntaria.

Para él también resultaba confuso que no le molestará ese hecho. Pero prefería pretender que le daba igual. Ahora tenía que enfrentar el hecho de que había decidido revelarle a Shoto la verdad pero no sabía cómo hacerlo.

Al bajar por las escaleras se encontró con el salón deshabitado, todos los huéspedes debían estar en sus habitaciones durmiendo y el de ojos rojos empezó a temer que ni siquiera la posadera estuviera despierta. Pero después se encontró con un hombre que salía de la parte de la cocina y que al verlo le preguntó qué se le ofrecía. Cuando le hablo del desayuno, el hombre asintió y le comento que lo haría en pocos minutos, que mientras tanto podía ir a elegir donde sentarse y el menor optó por una mesa que estaba cerca de una ventana.

Se sentó de modo de que pudiera ver a Todoroki ingresando al salón. Aunque debido a que estaba un poco nervioso, sus ojos terminaron parando en la ventana y contempló el amanecer hasta que el sonido de una silla siendo arrastrada le robó la atención. Tenía nuevamente delante suyo al ejemplar Dragón Blanco, sin el menor signo de alteración presente y la ropa impecable.

Casi que extraño la imagen divertida de antes cuando lo vio al borde de la cama, con el cabello despeinado y la parte del piyama superior corrido.

—Deberían traer en breve nuestro desayuno —le informó volviendo la mirada hacia la ventana —En lo que esperamos, te quiero hacer unas preguntas. Solo puedes responder sí o no, ¿estas de acuerdo?

Bakugou quería ver la expresión que estaría haciendo el mayor en ese momento. Podía sentir que dudaría si lo veía. Fue por esa razón que se mantuvo obstinadamente mirando hacia la ventana, las nubes de tono rosado y el sol saliendo le brindaron algo de coraje a la distancia.

—Estoy de acuerdo —acepto el bicolor —Puedes hacer tus preguntas.

— ¿Sabes quién soy? —preguntó de forma directa, aún si sentía un nudo en su garganta y su estómago se empezaba a retorcer.

¡Bienvenido de vuelta, Gran Maestro! [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora