¡Bienvenido de vuelta, Gran Maestro! [TodoBaku]

Capítulo 2

— ¡Superior Monoma!

Que Eri llegará corriendo hasta él con tanta confianza fue algo que le sorprendió pero no pensó en comentarlo. A su lado, cual perro leal, Kota le dió una mirada de arriba a abajo y Katsuki recordó que no traía el espantoso maquillaje, así que quizás para el joven debía parecer más normal ahora que antes.

Pero bueno, se suponía que era Kazuki Monoma y si bien no planeaba actuar como este —y tampoco tenía ni idea de cómo hacerlo— se dijo a sí mismo que ser educado con los jóvenes de KinoRoki no estaba mal.

—Jóvenes maestros —hizo una leve inclinación de cabeza que los dos jóvenes correspondieron y luego, se paró derecho y pregunto — ¿Están en una cacería nocturna?

—No, más bien, nos surgió un problema y una maldita metiche se enteró —gruño por lo bajo Kota.

Eri le dió un codazo a el azabache y Katsuki alzó una ceja con interes.

—No es nada, superior Monoma —respondió la albina evitando que su compañero dijera algo —Estamos en una caceria con miembros del clan YouGou y el clan HaShima.

Katsuki sintió una ligera punzada. El clan YouGou era el suyo, el clan de la familia Bakugou que custodiaba el Bosque You que daba con el Muelle del Dragón y el Puerto Mariposa. Eri pareció notar que estaba afectado, por lo que bajo la cabeza con nerviosismo. El cenizo se esforzó en recuperarse y pregunto.

— ¿Qué hacen de cacería en este lugar? —quiso saber —Pensé que lo del brazo era más importante y les dije que necesitaba purificación.

—S-Sobre eso...—tartamudeo la albina —La verdad es que...

— ¡¿Quién fue el maldito que rompió mis trampas?!

Una voz grave y fuerte se hizo paso en la noche y Katsuki inclino ligeramente la cabeza. Habían aparecido miembros del clan HaShima, lo sabía por su vestimenta de color rojo y dorado, demasiado llamativo y extravagante para su gusto. Pero entre ellos había un joven de rasgos andrógenos que destacaba. Llevaba la ropa del clan YouGou, de color negro con rojo y un dragón en el pecho, símbolo orgulloso del clan. Tenía una mirada engreída y caminaba con decisión.

No debía pasar de los catorce años y le recordó un poco a Masaru. Tenía el cabello castaño corto y ojos del mismo color. Al pensar en su padre, el cenizo pensó que ese joven tan grosero no se le comparaba ni por asomo.

— ¿Qué importa si están rotas? En primer lugar, usar este tipo de trampas es injusto —se quejo Izumi llamando la atención del cenizo a la situación — ¡Usaste a gente inocente como carnada!

— ¡No los use! Estábamos cerca, ¿no, Eri? —hizo un sonido de queja el joven de cabello castaño —Nada le podría haber pasado a esa gente.

Eri mostró una mueca incómoda y Katsuki pensó que prefería estar en la posada durmiendo que ahí en medio de un grupo de jóvenes que parecían querer pelear entre sí. Los aldeanos todavía no se habían ido, estaban a pocos metros de ellos, pero no parecían tener intenciones de ayudarlo.

Al parecer, apenas el joven maestro adinerado grito buscando a quien reclamarle su dinero a todos se les olvidó que era su salvador.

Bueno, así eran las personas. El cenizo no se sintió afectado, solo alzó una mano para llamar la atención del joven y confeso.

—Fui yo —declaró con tranquilidad.

El joven de cabello castaño le vio con asco. Por esa expresión, el cenizo suponía que conocía a Kazuki Monoma. Genial, ¿cómo actuaba delante del joven ahora? No tenía ganas de fingir ser un loco como antes con los sirvientes de la casa de los Monoma.