El pueblo de los ataúdes era una tragedia geográfica en cuanto a su fheng shui. Atraía criaturas malvadas, las cosechas eran malas y la gente que vivía ahí enfermaba con regularidad. Pero tenían un comercio próspero en cuanto a la madera que producían para los ataúdes y el papel que era usado para la cremación, por el que eran conocidos y le dió cierta prosperidad pese a su mala suerte. Además de que había un pequeño y humilde grupo de cultivadores errantes que velaban por el bienestar de la gente.
Sin embargo, un día una extraña niebla blanca empezó a cubrir el pueblo desde lo alto de las montañas y la gente poco a poco la fue abandonando, aunque afirmaban que todavía quedaban personas en el lugar. Los comerciantes que buscaban comprar la madera de alta calidad para los ataúdes y el papel de cremación con sus diseños particulares, afirmaron que ya no podían llegar al pueblo por los medios tradicionales pese a que si subían la montaña y veían por encima de la niebla, en algunos puntos se podía ver el pueblo. Las casas, los animales y la gente.
El pueblo de los ataúdes empezó a ser evitado recientemente, los comerciantes decían que sentían una mala sensación cuando se acercaban al pueblo y los caballos se desviaban del camino, sin querer acercarse. Al intentar ir a pie tampoco conseguían llegar y terminaron por rendirse. Pero en el último mes un pequeño grupo llegó al pueblo o eso se supone.
— ¿O eso se supone? —repitió el de ojos rojos.
—No se sabe nada de ese grupo desde hace días. Así que nadie puede saber qué les sucedió —se encogió de hombros el joven —Tampoco nadie ha querido ir a averiguarlo. La gente está muy asustada.
— ¿Y que hay de la gente original del pueblo? —quiso saber el cenizo — ¿No quieren volver a sus hogares?
—Dicen que no. En este pueblo están más cómodos y se sienten cansados de la mala racha de ese lugar —respondió el joven —Es todo lo que puedo contarle acerca de esa historia, estimado cliente.
—Bueno, fue una historia interesante —se metió la mano dentro de la ropa, buscando algo de dinero, cuando recordó que él no tenía ni una moneda encima —Eh, ¿joven maestro?
Todoroki volteo a verlo y Bakugou solo hizo una señal hacia el joven, el cual sonreía con las manos extendidas esperando su propina por la entretenida historia. El bicolor busco entre sus ropas y saco una pequeña bolsita de color celeste, de la cuál extrajo una importante cantidad de monedas que dejó en las manos del joven.
El cenizo vio que el joven parpadeo asombrado y lo miró a él buscando una explicación para el exorbitante pago. Solo pudo sacudir la cabeza y pedirle que se retirará.
—Hum, antes de irme, quería decirle que mí cliente anterior esta en el pueblo —le informó el joven al cenizo —Por si es un conocido y desea verlo.
—Si quiero verlo, ¿puedes arreglar un encuentro con él en una hora? —preguntó rápidamente el cenizo sin querer dejar pasar la oportunidad de conseguir más información y el joven asintió —Hazlo entonces. Dile que vengo de YouGou.
—YouGou...—murmuró el joven —Vale, lo haré. Que tengan una buena cena.
El joven hizo una última reverencia para luego salir de la habitación. Katsuki soltó un pequeño suspiro cuando, al acomodarse en la mesa, se encontró con la mirada sería de Shoto que demandaba una explicación por todo lo que acababa de pasar. Rápidamente, busco las jarras en la mesa y sirvió en las tazas que les dieron el licor. Antes de dárselo al bicolor, lo olió un poco y pudo sentir que era un alcohol fuerte.
—Como estamos fuera de la secta KinoRoki supongo que el joven maestro puede permitirse una copa de vino, ¿no? —cuestiono dejando la taza sobre la mesa y tomando la que le pertenecía a él —Es triste beber solo.
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¡Bienvenido de vuelta, Gran Maestro! [TodoBaku]
FanficNi muerto tenía paz. Para Bakugou Katsuki, el conocido Gran Maestro del Cultivo Demoníaco, era una enorme ironía lo que estaba viviendo.Lo habían revivido, no sabía cómo...bueno, sí sabía cómo, pero no sabía porqué y lo iba a descubrir. ¿Y quién sa...