Con cada día que pasa me enamoro más y más de Rhett.
Puedo sentir cómo se intensifica con cada noche que cenamos juntos; en las veces que me cocina con tanto esmero; cuando accede a que me quede a dormir en su casa, o me dice que si cuando lo invitó a la mía; llegar juntos al trabajo, y tomarnos una taza de café antes de que los demás lleguen; nuestras salidas al club de jazz, museos, u obras; con cada beso y abrazo.
Todavía tengo que pincharme a mi mismo para comprobar que no estoy soñando, y que es real el hombre que tengo a mi lado, con quien tengo la relación que siempre anhele.
Habían pasado unas semanas cuando Pedro me pidió que fuera a su oficina.
- No he hecho nada malo. - me atajo, sentandome en el sofá que está contra la pared.
- No, es verdad. Llevas unos meses bastante tranquilo y más contento de lo normal. - me observa pensativo. - ¿En qué andas? ¿Algo que deba saber?
Niego. - No.
- Vamos, dime. Te conozco. - me anima con esa sonrisa divertida. - No diré nada. - agrega luego de un momento viéndolo dubitativo.
- Estoy saliendo con alguien. - admito. - Y esta vez es uno de los buenos.
Sonríe ampliamente. - Me alegra mucho de oír eso. - habla animado. - Ya era hora de que eligieras a alguien decente.
Pongo los ojos en blanco. - ¿Para que me llamaste? Dudo que para hablar de mi vida amorosa.
- Para esto. - me extiende un sobre, el cual agarro. - Dentro están los pasajes de avión para Japón. Sales dentro de una semana. Serán cinco días.
- ¿¡Qué!? - exclamo sorprendido.
- ¿Es que has olvidado que tienes la presentación preliminar del diseño del videojuego?
Inhalo y exhalo. - Diablos. - murmuro. - ¿Iré solo?
- No. - responde. - Irás conmigo.
Y tengo que admitir que me decepcione al saber que no es Rhett quien viene conmigo. Hubiera sido divertido hacer un viaje juntos. Habría sido otro paso en nuestra relación.
- Procura tener todo listo. - continúa Pedro. - ¿Qué tal vas? ¿Necesitas ayuda?
- Estoy hecho un manojo de nervios, pero solo me faltan ultimar detalles.
- Según el señor Kang estás haciendo un buen trabajo. - menciona. - Está bastante conforme, y eso que no parece ser alguien fácil de complacer.
Abro los ojos con sorpresa. - ¿En verdad te dijo eso?
- ¿Por qué te sorprende? - inquiere riendo. - Últimamente están trabajando mucho juntos. Lo que me asombra, ya que eran como perro y gato.
Meneo la cabeza. - Si... supongo que nos llevamos un poco mejor... - digo con la mejor poker face que consigo hacer.
¿Un poco mejor? Que hipocrita. - pienso para mis adentros.
Cuando termino de hablar con Pedro salgo, voy hasta mi escritorio y tomo el ipad. Al ver que cada uno de los chicos se encuentran concentrados con sus trabajos, decido aprovechar la oportunidad y me dirijo hacia la oficina de Rhett. Toco la puerta, y al oír su voz diciendo "adelante", entro.
- Rhett, ¿Tienes un momento? - digo al cerrar la puerta.
Alza la cabeza, y cuando sus ojos se cruzan con los míos me dedica una suave sonrisa. - Siempre tengo tiempo para ti.
- Pedro me ha dicho lo de Japón. - me siento. - Creí que... que tú vendrías conmigo, dado que lo trabajamos juntos.
- Me hubiera encantado, pero lo mejor será que no te vean conmigo. - habla apenado. - En realidad, no soy quien suele encargarse de este trabajo. Y sospecharan que es algo raro si de repente muestro tanto interés en un área que no me compete. Creme, es mejor para ti. - hace una pausa. - De hecho... hay algo que debo decirte...
ESTÁS LEYENDO
Tenía que ser él
RomanceAtticus Lee es feliz. Esta en sus 30s. Trabaja de lo que ama, tiene unos compañeros a los que adora, puede costearse todos sus caprichos y las citas no le faltan. Siente que no le falta nada. Pero todo se da vuelta cuando llega un nuevo jefe a la e...