Epílogo

374 48 17
                                    

Atticus

Pasaron los meses y pronto se va a cumplir un año desde que Rhett y yo dejamos atrás nuestros miedos y retomamos lo nuestro.

Ese tiempo que estuvimos separados me dolió y se me hizo difícil, pero ahora comprendo que fue necesario porque gracias a eso nuestra relación se convirtió en algo más sólido.

La vida se volvió mejor cuando decidimos irnos a vivir juntos. Ir del "Nos vemos mañana" al "te veo en casa." Ahora ya no tengo despertar y lo primero que hacer es agarrar el celular, sino tan solo darme la vuelta y encontrarlo dormido a mi lado. Y al despertarlo con un beso, tener la certeza de que tengo una persona increíble a mi lado.

Rhett consiguió trabajo administrando grandes empresas de venta online, por lo que hace homeoffice. Eso lo tiene bastante contento, dado que no debe relacionarse con personas más de lo necesario y puede trabajar desde la tranquilidad de casa. Diferente de mi, que adoro salir cada mañana para ir a la editorial y estar con mis compañeros.

Y además que no se compara a la sensación de salir y luego regresar a casa, con Rhett. Mi lugar en el mundo.

En unas semanas va a ser navidad, y será la primera vez que la pasaremos juntos.

Nunca fue una festividad importante para Magnus y yo, sino un día como cualquier otro. La verdad es que no me gustaba la navidad. Era la misma sensación que tenía con mi cumpleaños, siempre me invadía esa esperanza de que pase algo lindo, pero generalmente era al revés.

Supuse que para Rhett sería igual, dado que él tampoco tuvo una familia funcional, fue por lo que me lleve una gran sorpresa cuando al llegar a casa vi un enorme árbol en la esquina de la sala.

- ¡Sorpresa! - exclama con una amplia sonrisa, extendiendo los brazos.

- Sabes, se supone que los árboles deben estar en el exterior, no dentro de un departamento.

Me mira con fastidio. - Muy chistoso, señor sarcasmo. - se acerca a mí y me saluda dejando un beso en mis labios. - Es un árbol artificial.

- ¿Y para qué has traído eso? - inquiero colgando mi llave junto a la suya, quedando mi llavero de gato blanco, junto al suyo de color negro.

Pone los ojos en blanco. - Porque iremos a comprar adornos y lo decoráremos juntos.

- No hablaras enserio...

Me mira sorprendido. - ¿De qué hablas? En unos días es navidad, será la primera vez que lo pasaremos juntos y no hemos ni puesto un adorno en casa. Por supuesto que hablo en serio, ¿por que no habría?

- Porque no creí que quisieras celebrarlo, dado tú pasado y el mío.

Se queda viéndome en silencio por un momento. Suspira. - Nunca tuve una navidad normal, es verdad, y sé que tú tampoco. - comienza a decir. - Pero ahora estamos juntos y... y quiero que cambiemos eso. No solo eres mi novio, eres mi familia Atticus. Empezamos una vida nueva los dos, y tendremos todo eso que siempre quisimos. Comenzaremos nuestras propias tradiciones.

Sonrío suavemente y ródeo su cuello con ambos brazos. Lo beso. - Está bien. - accedo. - Me has convencido.

Me devuelve una sonrisa animada. - Haré que sea la mejor navidad, ya verás. - afirma. - Iré a alistarme para que vayamos a comprar los adornos.

Va hacia nuestra habitación y al quedar solo lanzo un suspiro hastiado. Por más que accedí no termina de convencerme mucho la idea, y es que ya pensar en la palabra "navidad" me siento completamente desanimado. Y es que en estos años ni siquiera he aceptado a ir a la fiestas navideñas que organiza Magnus, tan solo voy a cenar y a la primera oportunidad que se me presenta me voy. Él siempre ha sido más positivo que yo, y con el nacimiento de Hari se volvió aún más partidario de celebrar cada festividad. Yo, sin embargo sigo reacio.

Tenía que ser élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora