Capítulo 48

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¡Atención! Ha habido doble actualización. Si Wattpad te ha traído aquí directamente debes saber que he publicado antes de este capítulo la segunda parte del One-shot publicado con anterioridad.

Si no te lo has leído o no te acuerdas, te recomiendo que vuelvas a la primera parte.

Si no te interesa el One-shot, esta es la continuación de la historia original.

¡Disfrutad!

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¿Qué ejército se emplazaría en un lugar así?

Altas paredes de roca los flanqueaban por ambos costados. Un sinuoso camino empedrado y caído en el olvido. Un desfiladero abandonado a causa de una maldición que ha perdurado a la largo de los años. Y ellos, cuatro jinetes con dos caballos lo suficientemente inconscientes como para ser presa del Sendero de los Muertos.

La voz de Gimli hizo eco hasta elevarse al iluminado cielo.

—Un ejército maldito —respondió Legolas, que junto al enano cabalgaban a lomos de Arod. —Hace tiempo los hombres de las montañas prometieron bajo juramento al último Rey de Gondor acudir en su ayuda y luchar. Pero llegado el momento, cuando Gondor pidió auxilio, huyeron, desvaneciéndose en la oscuridad de la montaña. Isildur los condenó a vagar sin descanso hasta que se cumpliera su promesa.

Los cascos de los caballos repiqueteaban contra la piedra, inestables, mientras el distante eco de unas voces se perdía entre la brisa.

Y tras largas horas de marcha, llegaron al final del camino.

—Hasta el mismísimo calor de la sangre arrebata— Gimli se hallaba admirando la roca esculpida como entrada, con la fúnebre oscuridad presagiando una muerte asegurada.

El sendero está cerrado —comenzó a leer el elfo, que seguía con la mirada los grabados a modo de advertencia que recorrían el canto de la montaña. —Los que murieron lo construyeron, y los muertos lo guardan. El sendero está cerrado.

Al morir las palabras en boca de Legolas, un eco resonó en la oscuridad de la montaña, arrastrando una brisa que caló cada uno de los huesos de los cuatro forasteros. Los caballos, inquietos, se asustaron ante la inesperada voz que parecía emanar de la entrada.

Tanto el elfo como el montaraz intentaron retener a los equinos, pero estos corrieron hasta desaparecer por el camino que momentos antes habían recorrido. La mujer dejó escapar un silbido.

—Un recibimiento de lo más acogedor.

Aragorn, por su parte, fulminó con la mirada aquel agujero en la oscuridad que parecía amenazarlos.

—No temo a la muerte.

Y, sin decir más, se internó en la montaña.

Legolas los miró a ambos, convencido, antes de seguir los pasos de su amigo.

Blyana {El Señor De Los Anillos ~ Legolas} // #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora