La brisa era ligeramente cálida, o ligeramente fría.
El aroma propio de la primavera serpenteaba entre las hojas y las ramas.
El sol se desperezaba lentamente, con el horizonte virgen a la espera de llenarse de luz y abandonar los oscuros azules de la noche.
Blyana admiraba la magia de la naturaleza, la belleza del origen, mientras soplaba el ardiente líquido que calentaba la taza que rodeaban sus manos.
Un nuevo día iniciaba. Y con ello, la vida continuaba su lento transcurso.
Sus piernas colgaban, balanceándose en el aire, mientras se sentaba al filo del vacío.
—¿Disfrutando de tu último día?
Eros tomó asiento a su lado, con parte del uniforme protocolario puesto, y la otra mitad bajo el brazo. Por su parte, ella vestía toda la armadura a excepción del casco.
—Aunque sean solo unas semanas, echaré de menos la calma de la periferia— confesó mientras saboreaba el té de hierbas que se había preparado aquella mañana.
—Ya era hora de que descansaras. Cuánto tiempo llevas sin tomarte unas vacaciones, ¿dos años?
—Tampoco es para tanto— desestimó ella. —He estado en la capital varias veces.
—Ir en servicio no es lo mismo que descansar, Amarië —le reprochó el rubio, que a la vez que la regañaba, se abrochaba los cintos de los guardabrazos. —Estoy seguro de que si no fuera por insistencia de tu tío, continuarías trabajando sin cesar.
Ella bufó, herida en el orgullo.
—Eso no es cierto.
Eros la fulminó con la mirada.
—Por supuesto que lo es.
—Mentiroso.
—Cabezota.
—Entrometido.
—Amarië, ¿otra vez atormentando a tus compañeros?
La familiar voz que surgió a su espalda los hizo brincar como un resorte. Tras ellos, Haldir los contemplaba con una ceja arqueada.
—En mi defensa, ha empezado él— fue todo lo que dijo la castaña. El capitán de la guardia irguió la ceja restante.
—Su sobrina es de lo más testaruda, capitán.
El hombre rio, plenamente consciente de la verdad tras aquella afirmación.
—Es hora de que ocupéis vuestros puestos, soldados. Ya tendréis tiempo más tarde para descansar.
—Sí, señor— asintieron los dos al unísono.
Haldir los admiró por unos segundos antes de darse la vuelta y desaparecer entre los flets.
—¿Serás capaz de vivir sin mi por dos semanas, mi querida Amarië? —bromeó Eros mientras pasaba uno de sus largos brazos por los hombros de la mujer, engulléndola. Ella pasó el suyo por su cintura.
—Serán las dos mejores semanas de mi vida— se la devolvió ella, con una sonrisa juguetona bailando en sus labios.
—Mentirosa.
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Blyana {El Señor De Los Anillos ~ Legolas} // #PGP2023
FanficEntre los apacibles parajes de la Comarca, el Anillo Único ha sido hallado. Los engranajes de la guerra comienzan a cobrar velocidad. Las diferentes razas de la Tierra Media corren peligro. Y un humilde hobbit es su salvación. Blyana se ve envue...