Capítulo 47

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Blyana nunca antes había estado en el Sagrario.

A pesar de los innumerables viajes que la habían llevado por los senderos de Rohan, ninguna vez se vio en la tesitura de tener que acampar en la cima de aquel barranco. Por razones obvias, por supuesto. Lo único que ofrecía el Sagrario era refugio junto a la montaña; era un lugar estratégico.

Por ello, la primera vez que la mujer lo vio, no pudo más que detenerse a observarlo con atención.

Se trataba de una zona lo suficientemente amplia como para refugiar a un numeroso grupo de personas, situada en la parte superior de un barranco. Este consistía en una irregularidad en la base de la montaña. Prácticamente parecía que un gigante había arrancado parte de la roca y dejado un hueco en su lugar. Sin embargo, no pudo negar su utilidad.

Para acceder a la zona superior, había una serie de angostos y empedrados caminos, irregulares y en condiciones cuestionables, que zigzagueaban en un sinuoso balancear mientras se ascendía lentamente a través de la pared.

Si Blyana hubiera temido a las alturas, sin duda aquel camino hubiera resultado de lo más terrorífico.

El grupo de soldados acampó abajo, en las faldas de la montaña, mientras el resto levantó una serie de tiendas en lo alto del Sagrario. Como era de esperar, los altos mandos del ejército de Rohan junto a su rey fueron quienes ocuparon aquel lugar.

Tras desensillar a los caballos, lo que quedaba de la Compañía procedió a ayudar a los soldados a organizar el campamento. Las horas se diluyeron con velocidad, y pronto se vieron obligados a prender hogueras para no ser consumidos por la oscuridad.

Por aquel entonces, Blyana se hallaba sentada alrededor de una de las fogatas junto a Éowyn. Su amiga se había mantenido curiosamente silenciosa y pensativa, prácticamente funcionando de manera automática. Por su parte, Blyana no le había concedido mucha importancia. Estaban a punto de sumergirse en un guerra, en pocos días muchos de los hombres que heroicamente habían sobrevivido al Abismo, verían sus vidas terminadas a las puertas de la capital de Gondor. Su tío y su hermano estarían entre aquellos hombres. De modo que encontró normal el mutismo en el que se había sumido su amiga.

Sin embargo, con la llegada de la noche, Blyana encontró oportuno arrastrar a la rubia fuera de aquellos pensamientos destructivos y distraerla. A fin de cuentas, se podía considerar una experta en sumirse en vorágines autodestructivas.

—He estado pensando —comenzó, atrayendo la atención de la princesa —, que tal vez podamos preparar nosotras esta noche la cena. Un buen guiso de gallo. Sin patas y plumas, por supuesto.

Éowyn se la quedó mirando, entre incrédula y divertida.

—La última vez que preparé un guiso casi mato al Caballero Aragorn— le recordó con obviedad.

Blyana se encogió de hombro.

—No has de preocuparte. Estoy segura de que Aragorn ha enfrentado peligros mayores que la cocina amateur pero bien intencionada.

La mujer de Rohan se llevó las manos al rostro y dejó escapar un sonido que la otra no supo como interpretar.

—¡Qué vergüenza!

—No desesperes Éowyn. Aragorn es lo suficientemente caballeroso como para jamás sacar el tema a colación.

Entre los dedos, Éowyn dejó escapar una mirada fulminante.

—Al contrario que tú.

Blyana sonrió con malicia y cierta diablura.

—Para eso estamos las amigas, querida mía.

Blyana {El Señor De Los Anillos ~ Legolas} // #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora