Capítulo 23

2.9K 324 150
                                    

Su estancia en el río se alargó hasta diez días.

Como bien habían dispuesto en el momento de embarcar, Aragorn iba por un lado junto con Frodo y Sam; Boromir compartía bote con Pippin y Merry; y Legolas, Blyana y Gimli ocupaban el tercero. Además, entre las tres barcas habían repartido sus antiguos fardos y las nuevas provisiones que los elfos de Lórien les habían dispensado. Dicha distribución fue, básicamente, por el simple hecho de que solo los dos hombres, el elfo y la mestiza sabían controlar una de aquellas embarcaciones. Merry había afirmado tener soltura a la hora de manejar barcas, puesto que su gente vivía a orillas del Brandivino, pero aquellos remos eran demasiado grandes para él y prefirieron que el hobbit simplemente disfrutara del viaje.

Por otra parte, la corriente del río era rápida. Las aguas fluían con vida y apenas necesitaban de esfuerzo para que las embarcaciones se deslizaran raudas por el agua. Además, al ser barcas élficas, eran todavía más livianas y eso resultaba una ventaja a la hora de avanzar con rapidez.

De esta forma los días transcurrían monótonos para la Compañía y nunca, o por lo menos hasta el séptimo día, se detuvieron en tierra. Pasaban mañanas, tardes y noches remando, hacían sus ligeras comidas en sus respectivas barcas y descansaban allí, con el suave mecer de la corriente como sedante. Lo único extraordinario fue cuando Sam los alertó de la presencia de cisnes negros que volaban en bandada.

Había veces en las que las tres embarcaciones se encontraban a una distancia razonable, permitiendo a sus ocupantes mantener conversaciones entre unos y otros, pero había otras en las que se hallaban tan lejos que simplemente podían contar con la compañía de sus compañeros de barca.

De esta forma, los días se fueron haciendo cada vez más duros. Y aunque la corriente del río nunca los abandonó y su marcha era envidiablemente rápida, el recorrido no parecía tener fin.

En un primer momento, Blyana y Legolas tuvieron varios enfrentamientos. La mujer sabía de la herida en la palma de su amigo y se rehusaba a permitirle llevar constantemente el remo, asegurando que aquello no sería bueno para su recuperación. Cabezota, el elfo se negaba a permitir que ella pudiera llevar la dirección, más por caballerosidad que por inquina, hasta que ella lo amenazó con reducirle y atarle con las cuerdas élficas, que les habían regalado, para no soltarle hasta llegar a tierra.

—¡Ni siquiera la has dejado cicatrizar bien! —bufó ella mientras señalaba la mano del elfo, todavía envuelta en el pañuelo de ella. Legolas volvió a meter la pala del remo en el río.

—Apenas me duele— repitió, con cierta irritación, por sexta vez.

—¿En verdad piensas que te dejaré manejar todo el recorrido con la mano así? —preguntó incrédula. —Subestimas mi capacidad de persuasión, Legolas.

El elfo la miró con cautela tras escucharla pronunciar aquella declaración. Él, de hecho, ya era completamente consciente de la capacidad de influencia que tenía sobre él. Podía manipularlo con facilidad a su antojo y parecía no ser todavía consciente de aquel hecho. Él sí lo era, por su puesto, y conociendo a Blyana, solo le quedaba esperar a que ella se diera cuenta de aquel pequeño, pero importante, detalle.

Les costó tiempo, el cual les sobraba, y muchas palabras afiladas, pero finalmente él se rindió y Blyana se coronó vencedora, satisfecha.

Mientras, Gimli observaba sus interacciones con verdadero interés y diversión. Total, tampoco había mucho con lo que entretenerse a su alrededor.

Por ambas orillas eran flaqueados por altos árboles de robustos troncos, fuertes y ancestrales raíces y hojas que oscilaban entre la tonalidad verde y la amarilla. Verdes prados y aguas cristalinas fueron el paisaje que los acompañó hasta la desembocadura en el Anduin. No hubo día en el que les lloviese, y en todos y cada uno de ellos el sol se reflejaba en las aguas, brillante y poderoso. Sin embargo, en las noches, el tímido resplandor de la luna también parecía admirar su reflejo en el caudaloso río.

Blyana {El Señor De Los Anillos ~ Legolas} // #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora